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El canciller haitiano Duly Brutus y su colega dominicano Andrés Navarro, durante una reciente visita a Santo Domingo. |
El gobierno haitiano se refiere por primera vez a la sentencia de la CIDH
MARTELLY SE PREOCUPA POR DIÁSPORA HAITIANA
Santo Domingo;- El gobierno de Haití expresó su esperanza de
que las autoridades dominicanas tomen en cuenta la reciente decisión de
la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que sancionó una
sentencia del Tribunal Constitucional sobre el derecho a la nacionalidad
en República Dominicana, y que supuestamente afecta a miles de
dominicanos de ascendencia haitiana.
El canciller haitiano Duly
Brutus, en una rueda de prensa realizada el viernes en la oficina del
primer ministro Laurent Lamothe, pidió evitar que se haga “de éste un
asunto bilateral” ya que las personas afectadas por la medida “son
dominicanos”.
Sin embargo, el jefe de la diplomacia haitiana dijo
que, por su calidad, se trata de un asunto que “interpela a los
organismos internacionales y a las organizaciones defensoras de los
derechos humanos”.
El fallo del TC
El TC falló esta semana contra la permanencia de República Dominicana en la CIDH, al considerar que el instrumento de aceptación de la competencia de ese organismo suscrito en febrero de 1999 por el entonces presidente dominicano Leonel Fernández, no fue ratificado por el Congreso de la República.
El TC falló esta semana contra la permanencia de República Dominicana en la CIDH, al considerar que el instrumento de aceptación de la competencia de ese organismo suscrito en febrero de 1999 por el entonces presidente dominicano Leonel Fernández, no fue ratificado por el Congreso de la República.
La sentencia se dio a conocer días después de que la
Corte exigió al Estado dominicano que acate un reciente fallo del
organismo concerniente a supuestas “expulsiones sumarias” ejecutadas en
el país hace quince años en perjuicio de dominicanos de ascendencia
haitiana, pero el gobierno dominicano desoyó el llamado.
La CIDH
reclamó además al gobierno dominicano que evite los alcances de la
sentencia 168-13 del TC sobre la nacionalidad y los de la ley 169-14 que
establece un régimen especial para personas nacidas en el país e
inscritas de forma irregular, y de naturalización.
La Comisión
Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH) también condenó esta
semana la sentencia 256-14 del Tribunal Constitucional, al señalar que
ésta “no encuentra sustento alguno en el derecho internacional, por lo
cual no puede tener efectos” jurídicos.
Brutus participó el pasado
viernes en una reunión encabezada por el presidente haitiano Michel
Martelly para analizar la situación de la diáspora haitiana en varios
países de la región, incluyendo en las Bahamas, cuyo gobierno aplica una
nueva norma migratoria que afecta a la comunidad haitiana según
organizaciones internacionales.
Haití, de hecho, convocó el
viernes a su embajador en Bahamas preocupado por el trato que vienen
recibiendo inmigrantes haitianos radicados en ese país.
Bahamas
lanzó este mes una nueva ley de migración que establece nuevas
condiciones para la permanencia de extranjeros en el país, como el hecho
de que sólo los hijos de inmigrantes legalmente en ese país podrán
obtener permisos de residencia, de escolaridad y de trabajo.
Además,
el gobierno bahameño ya no aceptará más solicitudes de visas de trabajo
cuyos solicitantes residan de manera irregular en el país, que también
exige a los residentes de otros países portar en todo momento sus
documentos de identidad.
“En el marco de una buena cooperación
entre los dos países, las autoridades bahameñas deben dar un trato
decente a los haitianos”, dijo el canciller de Haití, que el jueves se
reunió en Puerto Príncipe con el embajador de Bahamas en su país para
informarle la posición del gobierno haitiano respecto al tema.
Brutus,
que destacó el reconocimiento de su país a la soberanía de Bahamas para
aplicar sus leyes, también manifestó que las autoridades haitianas se
encuentran en “plena consulta” para reflexionar sobre las estrategias
que adoptarán en este caso.
Medios haitianos informaron esta
semana que haitianos indocumentados, incluyendo niños, fueron detenidos
en redadas y llevados a celdas para su posterior deportación, hecho que
el canciller haitiano condenó.
El primer ministro haitiano Laurent
Lamothe dijo el jueves que su gobierno estaba presto a garantizar los
“derechos de sus compatriotas y de sus descendientes”, pero no mencionó
si se refería a las nuevas políticas migratorias aplicadas por el
gobierno bahameño.
“Como con toda política migratoria, nuestro
gobierno está alerta y concentrada en salvaguardar el derecho de
haitianos y sus descendientes”, afirmó Lamothe en su cuenta de Twitter,
sin hacer otro comentario.
Bahamas, una mancomunidad compuesta por
cerca de 700 islas al norte de Cuba, Haití y República Dominicana, es
receptor habitual de inmigrantes indocumentados haitianos que usan su
territorio para tratar de llegar a Estados Unidos.
A mediados del
2013, el presidente haitiano Michel Martelly y el primer ministro de
Bahamas, Perry Christie, trataron en Nassau la situación de alrededor de
50.000 haitianos que viven en el archipiélago bahameño, la gran mayoría
en condición irregular.
El Centro Robert F. Kennedy para la
Justicia y los Derechos Humanos (RFK Center en inglés), una organización
con sede en Washington (EEUU), también ha expresado su alarma por el
“uso discriminatorio” de las nuevas políticas de inmigración en Bahamas,
cuyas autoridades realizaron redadas masivas y detenciones en enclaves
haitianos a principios de este mes.
La entidad agregó que informes
recibidos desde Nassau, señalan que también fueron apostados agentes de
migración en los alrededores de las escuelas públicas con una gran
población de estudiantes nacidos de padres inmigrantes.
“La
estadidad es un derecho humano fundamental, pero estos informes indican
que el gobierno de las Bahamas lo considera como una herramienta para la
discriminación”, dijo Kerry Kennedy, presidente del RFK Center.
“Estas
nuevas políticas significan que miles de niños en las Bahamas ahora
viven con el temor de arresto o deportación arbitraria. Las Bahamas debe
cumplir inmediatamente con su obligación de proteger a los niños-sin
importar su estado, y sin importar su origen étnico”, afirmó el
representante.
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