PROVOCACIÓN.- No tengo la menor duda de
que la provocación de la OTTT a los choferes tendrá consecuencias para
los pasajeros. La trespatinada del director, de meter la pata y sacarla a
tiempo, no quedará como una simple anécdota, sino que colocará el tema
del transporte sobre la mesa, y esa es una oportunidad que los dueños de
vehículos no dejarán pasar. Ellos estaban engordando su puerco, con
codicia e inequidad, y era apropiado que las autoridades llamaran la
atención sobre el desbalance entre los precios del combustible y el
pasaje. Sin embargo, conociendo el sector, y sabiéndose sin mecanismos
de control, los responsables no podían salir al paso sin una estrategia
bien diseñada y la clara determinación de imponer un orden. Lo que se ve
ahora, de resistencia y de desafío, era previsible.
El estatus quo no
lo representan la OTTT y organismos afines, sino las federaciones de
transporte. Y acostumbradas a regirse por su propia ley, no iban a
permitir que con un gesto impensado asaltaran su territorio. De ahí que
no solo reaccionaran rápidamente, sino que amenazaran con tomar
represalias...
LA CONDICIÓN.- Los choferes están mejor
preparados que las autoridades, y eso se nota en cada ocasión en que
discuten los problemas del sector. Siempre se aprueba su pliego de
demandas, y a cambio de nada, ya que los pasajeros continúan sufriendo
la peor de las situaciones. Los medios califican a los choferes o a las
federaciones de “dueños del país”, pero con el denominativo ni los
ofenden ni los agravian, sino que con nuevos gestos reivindican y
proclaman esa condición. Y no son dueños de nada, a la verdad, pero sí
consentidos de los responsables del área. Sea transporte o tránsito.
Los dirigentes son cínicos, pero no se puede negar que los funcionarios
son displicentes. Que no hacen su trabajo. La cuestión es de precio, y
la circunstancia, de combustible y pasaje. No hay porqué hablar de otra
cosa, sino hacer los ajustes de lugar. Los choferes hábilmente cambian
el guión y arrastran la discusión a su terreno, donde evidentemente
siempre saldrán gananciosos. La OTTT dice que el pasaje está caro, que
los combustibles bajan de precios y que se impone un pasaje más barato.
Nada más lógico...
LOS DETALLES.- Los choferes defienden
los altos precios del pasaje señalando que los aceites, las gomas, las
piezas, etc. están caras, y no hablan mentira, pues quienes tienen
vehículos y no lo dedican al concho lo comprueban a diario. Es una
realidad, una dura realidad. Sin embargo, los choferes no pueden negar
lo obvio, ni resistirse a lo justo. Los precios del pasaje deben ser
discutidos en atención a esa nueva situación. La lógica de la calle lo
dice muy claro: lo que sube, sube, y lo que baja, baja. Y si los precios
del pasaje llegaron a los actuales niveles por las alzas en los
combustibles, lo más natural es que ahora que alteras uno de los
factores, acojan ese movimiento de la economía. El problema es que
cuando los pasajes subieron no fue por resolución de la OTTT ni mandato
de otro organismo del gobierno. Los choferes como siempre se despacharon
con la cuchara grande, y por igual asumiendo con arrogancia que ellos
eran los que sabían, los que manejaban la materia, y las autoridades,
sin dominio de los detalles, no les quedó de otra que dejar hacer, que
dejar pasar...
LA NEGOCIACIÓN.- El intento de arreglo con
los choferes terminó en fracaso, y era previsible, pues nunca se logra
entendimiento en la primera reunión, que se supone es para que cada
sector ponga sus fichas sobre la mesa. Los dirigentes saben mejor que
los funcionarios manejar estas situaciones, ya que son los mismos y
tienen años negociando, en tanto que su contraparte, falta de
experiencia, debe pagar el noviciado. El traspiés del director de la
OTTT lo dijo todo. El pandero no está en las manos más diestras y no
debe sorprender que haga ruido y no ritmo. Sin embargo, queda lo
principal. El gobierno tiene que resolver el problema del pasaje, y no
puede hacerlo a lo loco, como salida de coyuntura, puesto que si le
buscara una vuelta, y esta no fuera la apropiada, a poco los choferes
tomarían de excusa cualquier leve aumento para volver a los términos que
ahora se protestan. Tampoco debe olvidar las singularidades de los
choferes y que su repertorio es variado, y a cada oportunidad le sacan
su ventaja. Noviembre, luego diciembre, y por Navidad siempre hacen de
las suyas. Su doble lo cobran con el pasaje...
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