Unos ingenieros químicos han diseñado un nuevo andamio implantable de
tejidos recubierto con factores de crecimiento óseo que son liberados
poco a poco a lo largo de unas cuantas semanas. Cuando se aplica a
heridas óseas o defectos en huesos, este andamio recubierto induce al
cuerpo a formar rápidamente nuevo hueso que se parece y se comporta como
el tejido original.
Este tipo de andamio recubierto podría ofrecer una mejora espectacular sobre la forma habitual de tratar ciertas heridas o malformaciones óseas, que implica trasplantar hueso de otra parte del cuerpo del paciente, un proceso doloroso que no siempre proporciona suficiente cantidad de hueso.
Este tipo de andamio recubierto podría ofrecer una mejora espectacular sobre la forma habitual de tratar ciertas heridas o malformaciones óseas, que implica trasplantar hueso de otra parte del cuerpo del paciente, un proceso doloroso que no siempre proporciona suficiente cantidad de hueso.
Los pacientes con heridas óseas severas,
las personas que sufren de defectos óseos congénitos, y los pacientes
que necesitan más materia ósea en sus dientes para que tenga éxito la
inserción de implantes dentales, podrían beneficiarse del nuevo andamio
de tejido.
El equipo de Paula Hammond, Nisarg Shah y Nasim Hyder, del Instituto
Tecnológico de Massachusetts (MIT) en Cambridge, Estados Unidos, probó
su andamio en ratas con un defecto craneal lo bastante grande (una
cavidad de 8 milímetros de diámetro) como para no sanar por sí mismo.
Después de que se implantara el andamio, se liberaron factores de
crecimiento a tasas diferentes. El PDGF, liberado durante los primeros
días después de la implantación, ayudó a iniciar la cascada de sanación
del defecto óseo y a movilizar diversas células precursoras en la
ubicación de dicho defecto. Estas células son responsables de formar
nuevo tejido, incluyendo vasos sanguíneos, estructuras vasculares de
soporte, y hueso.
El BMP, liberado más despacio, indujo después a algunas de estas
células inmaduras a convertirse en osteoblastos, que producen hueso.
Cuando se usaron juntos los dos factores de crecimiento, estas células
generaron una capa de hueso, tan pronto como dos semanas después de ser
implantado el andamio, la cual era indistinguible del hueso natural en
cuanto a apariencia y propiedades mecánicas.
Otra ventaja de este método es que el andamio es biodegradable y se
descompone dentro del cuerpo en unas pocas semanas. El material del
andamio, un polímero llamado PLGA, se usa ampliamente en tratamientos
médicos y puede ser ajustado para desintegrarse a un ritmo específico de
manera que los investigadores puedan diseñarlo para durar solo mientras
se le necesite.
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