eltribunaldelatarde@yahoo.com
Lo primero que hizo Danilo Medina cuando tomó la decisión de competir
por la candidatura presidencial del Partido de la Liberación Dominicana,
en el 2006, fue presentar renuncia al cargo de secretario de la
Presidencia, primero por respeto al país que le pagaba para el desempeño
de unas funciones en las que no podría estar con la entrega demandada,
segundo para dejar claro que no requería prevalerse del puesto para
sustentar su aspiración ni de los recursos que les pudiera facilitar, y
tercero, delicadeza política, competiría por la misma posición con el
presidente de la República, y aunque había sido práctica de otros
políticos, él no la seguiría.
Se trata de la misma persona que renunció a la presidencia de la
Cámara de Diputados para irse a dirigir la campaña de Leonel Fernández
en un momento en que las posibilidades de triunfo se proyectaban
remotas.
Se llama desprendimiento, focalización, determinación y fe, herramientas esenciales para prestigiar y motivar una causa.
El mensaje del que busca la presidencia de la República no admite
confusiones, parte de un punto y ha de llegar a los destinatarios en
línea recta, no tiene plan B ni acoge premio de consolación, estádetrás
de lo que está, y es claro que lo único que busca es eso: la presidencia
de la Republica.
Reinaldo Pared, que todas las posiciones que ha alcanzado han sido
electivas: regidor, diputado, senador, presidente del Senado, secretario
general del PLD, se ha lanzado tras la candidatura presidencial del
Partido de la Liberación Dominicana en una coyuntura en que varios
factores suman a su favor, y ha hecho lo correcto al marcar diferencias y
ofrecer un mensaje inequívoco de su determinación:
“Le comunico de manera categórica y determinante a la nación, al PLD y
a mis colegas senadores y senadoras, que no acepto una nueva
presentación para desempeñar la Presidencia del Senado de la República,
ya que todos mis esfuerzos, energías, voluntades y desvelos, estarán
centrados y dedicados a procurar ser el próximo presidente de la
República Dominicana, tal y como lo anunciara al país el 17 de febrero
de este año. “Creo con toda firmeza, que ha llegado el momento de seguir
fortaleciendo los principios de honestidad, transparencia y sentido de
ética tan demandados actualmente por la sociedad dominicana, para sobre
esos valores, abrir nuevos caminos de esperanza y de optimismo”. Menos
no podía esperarse del aspirante presidencial que ha salido al ruedo con
el mayor nivel de respaldo que haya podido mostrar precandidato alguno
en sus inicios: catorce senadores de los de mayor liderazgo, decenas de
diputados, la mayoría de los alcaldes y directores de los distritos
municipales del PLD, y de los regidores, un amplio movimiento deportivo y
cultural, amplia cuota de mujeres y de juventud, lo que indica que más
que una aspiración personal encarna un proyecto.
El país está encantado con Danilo Medina, que tiene impedimento
constitucional para presentarse y no se va aventurar a forzar una
reforma, y aspira a un sustituto con virtudes similares: hoja limpia,
experiencia de Estado, sensibilidad social, sencillo, enérgicoy
prudente.
Un nivel de conocimiento bastante alto y una tasa de rechazo baja
convierten a Reinaldo Pared en la mejor opción que tiene el Partido de
la Liberación Dominicana para continuar generando esperanza de cambio.
Danilo ha marcado un antes y un después, ha enseñado que de la cantera
de Juan Bosch pueden salir productos cada vez mejores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario