EL ARCA.- Escribí en varias oportunidades que el PRD no podía entregar
el padrón de electores internos. Ni al Tribunal Superior Electoral, ni a
la Junta Central Electoral, ni a los aspirantes a cargos de dirección o
candidaturas nacionales, congresuales y municipales. Y simplemente
porque no lo tenía, porque ese registro no existía, aun cuando el
partido lleva años celebrando consultas y resolviendo situaciones con el
voto de las bases. Si ese padrón de 538 mil y pico sometido y aprobado
por la Comisión Política del pasado miércoles, hubiera sido documento
básico del partido desde hace tiempo, ese retraso, que parecía
renuencia, no se hubiera producido.
Pero sencillamente no se podía dar
lo que no se tenía. Lo más interesante es que tampoco el bando oponente
pudo acreditar algo mejor. Y se recuerda que cuando el asalto a la Casa
Nacional se llevaron muchos papeles. Al parecer, de todo, menos el
padrón. La inferencia lógica, natural, normal, es que hasta ahora el
padrón del PRD fue tan misterioso como el Arca Perdida…
LOS TRUCOS.- El padrón del PRD no existía, y la razón no es muy
complicada. Simplemente no hacía falta, y no era necesario porque en el
partido blanco no se realizaban elecciones, sino votaciones a favor del
preferido del momento. Y los dirigentes y aspirantes se ponían de
acuerdo en lo que entendían principal: el reparto equitativo y hacer
creer a la opinión pública o a la población en general que el PRD era la
organización política más poderosa. En más de una oportunidad hablé del
vaciado, que era una aberración, pero que los perredeístas consentían.
Una inteligencia superior los convencía de que no era conveniente la
transparencia. ¿Acaso se olvida la tan usada fórmula del múltiplo,
cuando en vez de dar números exactos, ofrecían porcentajes? Una manera
piadosa de mentir y a su vez de engañarse. Estos lodos de ignominia no
son más que la consecuencia de los aguaceros con que se escamoteaba la
verdad. En política, los errores se pagan en vida…
LA HISTORIA.- Héctor Guzmán hizo circular unas notas a manera de
reacción que confirma lo que voy diciendo. Recuerda el vocero de
Hipólito Mejía que en el 2011 Miguel Vargas propuso un padrón
semiabierto, y que su grupo – el de Mejía -- aceptó, pero que después,
como perdió, Vargas alegó que votaron miles de peledeístas. La cuestión
está más clara que el agua. Si se propuso un padrón semiabierto, del
mismo que pudo haberse aprobado uno abierto, era porque no era ley del
partido ni existía uno cerrado, como era propio en una organización de
democracia interna y en la que sus miembros tenían derecho a elegir sus
autoridades y candidatos. Entonces, como era semiabierto, era posible
que votara todo el que fuera convencido de la causa. Si Mejía fue más
persuasivo, era normal que se beneficiara de una situación que no
imponía, sino que era resultado de una negociación y sobre todo de un
consenso. La contaminación, sin embargo, fue más que evidente…
LA PARODIA.- ¿Debía repetirse ahora la historia del 2011, no era
conveniente arreglar la carga antes de iniciar la marcha, de manera que
no se produjeran las probables influencias externas? Desde fuera se
piensa que si, pero desde fuera también se tiene la impresión de que se
puso toda la carne en un solo asador, y que difícilmente puedan comer
todos por igual. Guido Gómez dijo que iba a defender el derecho de
perredeístas con 30 ó 40 años en el partido y que habían sido excluidos.
Pero lo dijo por
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Orlando Gil |
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