Los estudiantes están felices con la decisión de Danilo Medina de invertir el 4% del PIB en la Educación. Están viviendo la revolución educativa en marcha. Y sus familias y vecinos, la revolución social que ha desencadenado en sus comunidades.
Trabaja el albañil, pintor y varillero, vende el ferretero y la doña del puesto de comida, fabrica el textilero, el herrero y el ebanista, vende el del gas y también la cocinera, más horas y maestros, los padres desapuntan a sus hijos de las escuelas privadas y los apuntan en la escuela pública porque ahora con Danilo les da desayuno, comida y merienda y sólo tienen que ocuparse de la cena.
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