El Plan de Regulación de Extranjeros parece el único camino posible que
el régimen dominicano puede recorrer, al menos por el momento.
Santo Domingo;-La decisión del Gobierno del presidente Medina
de suspender los contactos con Haití tras la decisión del CARICOM de
cerrar sus puertas a la República Dominicana, no ha hecho más que
unificar en torno al gobernante a casi todos los sectores políticos y
sociales, quizás sorprendidos por la intransigencia del país vecino.
Quienes
conocen la manera en que los haitianos negocian no se sorprendieron de
que, tras la firma del acuerdo de buena voluntad entre el ministro de la
Presidencia, Gustavo Montalvo y el canciller de Haití, Pierre-Richard
Casimir, en San Isidro, el régimen de Martelly alentara el repudio a RD
asumido por el CARICOM.
Quizás para mal en las posibilidades de un
entendimiento en torno a la sentencia 168-13, del Tribunal
Constitucional, los llamados neonacionalistas han tomado fuerza y han
llegado a advertir al Senado de los Estados Unidos sobre consecuencias
en el caso de que ese poder se proponga favorecer la causa haitiana.
La
razón de esas advertencias de la parte neonacionalista dominicana
aparentemente radica en supuestos rumores que circulan desde hace días
en cuanto a que en el Senado de los Estados Unidos circula una nota de
condena a la RD por la decisión del TC, aplazada su publicación por el
feriado de Acción de
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El 22 de noviembre, los gobiernos dominicano y haitiano firmaron un acuerdo que daba priridad al diálogo en el tema de la sentencia 168/13 del TC. |
Gracias.
La divulgación el pasado martes del
Plan de Regulación de Extranjeros, que contiene las normas que regirán
el proceso de acreditación migratoria en RD, y que le costará a la parte
dominicana una fortuna que no estaba contemplada en el Presupuesto del
año venidero, irritó a los haitianos.
Es paradójico que también
causara mal humor entre ciudadanos que reclaman el reconocimiento como
dominicanos de todos los hijos de nacionales haitianos nacidos en el
país y que han vivido por largo tiempo. El desaire haitiano, que hizo a
la parte dominicana abandonar las negociaciones, dejó sin aliento a
muchos críticos de la sentencia del TC.
Ahora, luego de la actitud
de Haití, que implícitamente no reconoce el valor del diálogo bilateral
ni el Plan de Regularización de Extranjeros, lo que queda a la parte
dominicana es sostener su programación, fortalecer el servicio exterior,
mantener al corriente a los países amigos y disminuir el nivel de las
relaciones diplomáticas.
El plan es bueno
El plan, rechazado en parte por los neonacionalistas, que amenazan con hacer manifestaciones en todo el país, quizás no era lo que esperaba Haití y los detractores de la sentencia del TC, pero parece el único camino posible que el régimen dominicano puede recorrer al menos por el momento.
El plan, rechazado en parte por los neonacionalistas, que amenazan con hacer manifestaciones en todo el país, quizás no era lo que esperaba Haití y los detractores de la sentencia del TC, pero parece el único camino posible que el régimen dominicano puede recorrer al menos por el momento.
Si el régimen del presidente Medina adoptara una posición
de complacer a la parte haitiana en cuanto al reconocimiento de la
nacionalidad de todos los inmigrantes de ese país, ocurrirían tres
cosas: una estampida hacia el territorio dominicano, contrariedad con
el poder del Estado que dispuso la sentencia, el TC, y enorme riesgo de
perder apoyo popular.
El plan dado a conocer el martes a través de
los medios de comunicación dominicanos establece “un proceso especial
de naturalización” para los hijos de extranjeros ilegales nacidos en el
territorio nacional, lo que no es aceptable para la parte haitiana ni
para los dominicanos que denuncian la sentencia.
La propuesta
establece que para los nacidos en RD, hijos de padres extranjeros en
condición migratoria irregular y a quienes no les correspondía la
nacionalidad conforme a la normativa vigente, les asistirá potestad de
acogerse a un proceso especial de naturalización que se dictará para el
efecto.
En apariencias la propuesta del plan parece complicada,
sobre todo porque implicaría una enorme campaña de información y
propaganda a nivel de los dos países, en creole y español, para que los
haitianos ilegales no teman que la misma se dirige únicamente a
expatriarlos a su país, donde quizás no tienen raíces.
Una de las
quejas de los críticos de la sentencia 168-13 fue que el plazo de tres
días dado a los que quisieran formular recomendaciones era muy corto,
dadas las circunstancias. La propuesta obligaría a los extranjeros
presentar documentos de identidad personal regularmente expedidos por
autoridades competentes del Estado del cual resulta nacional. En el caso
de Haití eso algo difícil.
El Ministerio de Interior y Policía
establece un registro de evaluación para solicitantes, que se acompañará
de sus datos biométricos asociados a por lo menos sus huellas
dactilares y patrones que permitan el reconocimiento facial, pero deja
una puerta para los extranjeros que no cuenten con documentación.
En
ese caso la solicitud de regularización será acogida sin el depósito de
esos documentos, en el MIP, pero se capturarán los datos del interesado
quedando sujeto a la presentación de los documentos faltantes en el
período restante del Plan, cuya fecha límite será el 28 de febrero de
2015. El jueves, Marie Etiene Desir Joseph, hija de haitianos ilegales,
fue juramentada como dominicana acogiéndose a las normas de la
sentencia.
LOS HAITÍANOS CONFÍAN EN LA CIDH
Después de abortado el acuerdo entre el ministro Montalvo y el canciller Casimir, el régimen del presidente Martelly posiblemente confía en que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, CIDH, que visitará la RD esta semana hará un informe negativo sobre la situación de los derechos humanos, que convenga a sus demandas.
LOS HAITÍANOS CONFÍAN EN LA CIDH
Después de abortado el acuerdo entre el ministro Montalvo y el canciller Casimir, el régimen del presidente Martelly posiblemente confía en que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, CIDH, que visitará la RD esta semana hará un informe negativo sobre la situación de los derechos humanos, que convenga a sus demandas.
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La misión que cosntatará la situación de afectados por la sentencia la encabeza José de Jesús Orozco Rodríguez |
El encargo de la CIDH es analizar la
situación de los derechos humanos en la RD en lo relativo a los derechos a la
nacionalidad, la identidad, la no discriminación, así como otros derechos y problemáticas
relacionadas. Un comentario negativo dañaría la reputación del régimen de
Medina y dejaría dudas sobre la validez del Plan de Regularización.
La delegación de la CIDH, que
encabeza su presidente el abogado y académico liberal mexicano José de Jesús
Orozco Henríquez, recibirá cualquier denuncia sobre violaciones a los derechos
humanos, al derecho de igualdad, identidad y no discriminación, desde el lunes 2hasta el jueves 5 del corriente.
El viernes 6 a las 11:00 A.M., ofrecerá
una declaración de prensa, con lo que se cree que sería un informe provisional
antes de llevar el tema al Consejo de la OEA.
Con los antecedentes de condena a la
parte dominicana, los haitianos razonablemente estiman que se repetirá esta vez
la situación del pasado que se deriva de los mismos problemas de la ilegalidad
de muchos haitianos que viven en la RD y que alegan, junto a organizaciones políticas
y humanitarias, que son dominicanos discriminados.
El llamado a consultas por la
Cancillería dominicana del embajador en Puerto Príncipe, Rubén Silié y la
disminución del personal diplomático al más bajo nivel, según rumores, es una
señal mala solamente superada en la adversidad por la petición del presidente
del comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Diputados de Haití, Abel
Descolines, para que su país evalúe romper relaciones con la RD, un paso
extremo que dañaría los negocios entre los dos países y alarmaría a la
comunidad internacional.
Al Gobierno dominicano no le ayuda
el hecho de que tantas voces civiles y militares de su seno se están refiriendo
a un caso que debería ser de la competencia exclusiva del Ministerio de
Interior y Policía, de la Cancillería y el Palacio Nacional. En el régimen hay
librepensadores radicales de antiguo antihaitianismo, que llaman traidores a
los que ripostan la sentencia 168-13.
Hay también mucha aprehensión en el
ambiente. El jefe de la Policía Nacional, mayor general Manuel Castro Castillo
dijo el
jueves que haitianos violentos están azotando la región oriental, en el primer
polo turístico dominicano y que más de 200 mil ilegales viven en la región y se
vinculan a drogas, crímenes, asaltos y robos.
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