Jill Farrant lleva dos décadas buscando revelar los secretos de las plantas de la resurrección. Fotos: gentileza Jill Farrant |
Resurrección es una palabra clave en la vida de Jill Farrant.
BBC Mundo;-Y lo es no sólo en su trabajo científico, sino también por los obstáculos que ha debido vencer en su historia personal.
El
sueño de la investigadora sudafricana es combatir el hambre y la
pobreza, y para ello ha dedicado dos décadas a estudiar los secretos de
las llamadas plantas de la resurrección. Tras meses de sequía en los que
aparentemente quedan secas y sin vida, estas plantas tienen la
capacidad única de revivir con las primeras lluvias.
Estos seres vivos fascinan a Farrant desde la
niñez y tienen, según la botánica, la clave genética para lograr
cultivos verdaderamente resistentes al gran enemigo de millones de
agricultores en el mundo: un largo y devastador período de sequía.
El trabajo de Farrant ha sido comparado una y
otra vez con su "resurrección" personal. La científica no sólo se
recuperó de un serio accidente que le causó una lesión cerebral, sino
que venció al alcoholismo del que hoy habla públicamente en su sitio en
internet para ayudar a otros en una lucha similar.
"Resucitan con la lluvia"
La primera vez que Farrant vio una planta de la
resurrección tenía nueve años y registró este evento extraordinario en
su diario.
"Crecí en una finca aislada y en lugar de
juguetes me divertía con plantas y pájaros", recuerda la científica
desde Sudáfrica, donde es profesora de Fisiología Molecular en la
Universidad de Ciudad del Cabo.
"Antes del descubrimiento de las plantas de resurrección, no sabíamos que una planta podía disecarse y no morir"
Jill Farrant
"Solía pasar horas en la Naturaleza. Vi unas
ramas secas que salían de unas rocas y un par de días después, luego de
una lluvia, volví al mismo lugar y vi que las ramas tenían hojas verdes.
Se lo conté a mi padre que era agricultor, pero no me creyó".
El estudio científico de los mecanismos utilizados por estas plantas es relativamente reciente.
"Las plantas de la resurrección pueden perder 95% de su agua", le dice Farrant a BBC Mundo.
"Pueden permanecer en estado seco, con
apariencia de muertas, durante períodos largos de hasta años y revivir o
resucitar entre 12 y 72 horas después de las lluvias".
"Esto es muy poco frecuente. El 99,9% de las
plantas sólo pueden perder un máximo de 45% por un período muy corto de
horas, antes de morir".
Con cruzamientos e ingeniería genética se ha
logrado aumentar la resistencia de algunos cultivos, pero "no existen
actualmente cereales verdaderamente tolerantes a la sequía".
Rosa de Jericó (Selaginella lepidophylla) antes y un día después de la lluvia. Es una planta nativa del Desierto de Chihuahua, en México y EE.UU. |
La mayoría de las plantas de resurrección
conocidas se encuentran en el sur de África, pero "América Latina cuenta
con algunas especies y más y más están siendo divulgadas".
Cultivos tolerantes
"Antes del descubrimiento de las plantas de
resurrección, no sabíamos que una planta podía disecarse y no morir",
apunta Farrant en conversación con BBC Mundo.
¿Cómo logran estas plantas mantenerse latentes y con vida?
Se trata de un fenómeno complejo que involucra muchos mecanismos diferentes de protección de la planta, según la investigadora.
"El proceso está relacionado con la producción
de azúcares, que contribuyen por último a la formación de una sustancia
vidriosa en el citoplasma de las células. Este estado vitrificado
estabiliza el tejido seco. Otros factores que juegan un rol son
metabolitos protectores como el glicerol, grandes cantidades de
antioxidantes y proteínas asociadas al estrés".
"He estudiado los mecanismos de protección
usados por ocho especies diferentes de plantas de la resurrección en
múltiples niveles: los genes y los mecanismos que regulan su expresión,
los cambios en proteínas, lípidos y metabolitos y los cambios en la
fisiología de la planta tanto al disecarse como en la rehidratarse".
La botánica asegura haber avanzado
significativamente en su trabajo para revelar esos mecanismos y
transferirlos a otras plantas.
"Quiero lograr cultivos, particularmente
cereales que son uno de los principales alimentos en África, que tengan
propiedades similares a las plantas de resurrección, es decir, que sean
verdaderamente tolerantes a las sequías".
"Hoy en día hay cultivos que son un poco más
resistentes a esas condiciones porque tienen, por ejemplo, mejores
raíces para retener agua. Pero cuando las sequías son severas, todos los
cultivos mueren".
Farrant busca incorporar tolerancia a los cultivos para que "sobrevivan las sequías del futuro".
"Hay predicciones de que, debido al cambio
climático, aumentarán los períodos de sequía y buena parte de África
podría ser un desierto para 2060. Los cultivos tolerantes proveerán
seguridad alimentaria para gran parte del continente".
A los nueve años, Farrant escribió en su diario: "Fui otra vez al mismo lugar y la planta muerta estaba viva". |
"Sobreviví"
Farrant hizo estudios postdoctorales en Estados Unidos pero decidió regresar a su país natal.
"Quería ser parte de la Nueva Sudáfrica. Cuando
decidí regresar, el apartheid estaba llegando a su fin con la liberación
de Nelson Mandela y sabía que mi país necesitaría un buen sistema de
educación para compensar todos los años en que sólo fue accessible para
la minoría".
"Nuestra familia, a pesar de la oposición del
gobierno, había iniciado una escuela en la finca para los trabajadores.
La escuela todavía funciona y la pueden ver en este vínculo,
http://meetsetshehla.co.za".
En 1994, Farrant recolectó en la misma finca donde creció las primeras plantas de la resurrección para sus investigaciones.
Desde entonces, la botánica no sólo ha inspirado
a muchos por su trabajo en el laboratorio, reconocido en 2012 con el
Premio L'Oréal-UNESCO para mujeres científicas, sino por su vida
personal.
"Hace años sufrí un accidente grave que me
afectó el cerebro y quedé en coma. Sobreviví, la única consecuencia fue
perder los sentidos del gusto y el olfato, así que ahora disfruto de la
comida en forma diferente, fijándome en las texturas", relató Farrant.
"Yo pienso personalmente que la vida sí evolucionó como predice la ciencia, pero Dios creó la plasticidad, el potencial genético para que esto fuera posible"
Jill Farrant
La investigadora también logró sobreponerse a un
período de alcoholismo gracias a "un salto de fe" y hoy asegura que
creer en Dios es compatible con su pasión por la ciencia.
"Al principio me costó, como buena científica
que quería prueba de la existencia de Dios. Pero puedo decir hoy, debido
a muchas experiencias que sólo pudieron deberse a intervención divina,
que no puedo negar esa existencia", le dice Farrant a BBC Mundo.
Sus creencias, asegura, son compatibles con la teoría de la evolución.
"Yo pienso personalmente que la vida sí
evolucionó como predice la ciencia, pero Dios creó la plasticidad, el
potencial genético para que esto fuera posible".
"Los seres humanos evolucionaron una
inteligencia superior con la diferencia adicional de que tenemos la
habilidad, a través del alma y el espíritu, de tener acceso a y ser uno
con Dios, que es espíritu. Mi mayor pasión es comprender la obra de
Dios, conocer cómo creó la naturaleza, lo que nos rodea".
"Ayudar a los agricultores"
Farrant espera obtener suficientes fondos para
que los últimos ensayos de campo con cultivos tolerantes ya sean una
realidad cuando "llegue a la edad de jubilación, oficialmente en 12
años".
"Los pastos de resurrección son modelos para la producción de pasturas tolerantes a sequías.
Una de esas especies, Eragrostis nindenis, es un pariente cercano del cereal Eragrostis tef.
Las semillas de este pasto son
una gran fuente de alimento en países como Etiopía y Eritrea. Cada uno
de estos 'grupos' de plantas de resurrección tienen mecanismos de
protección únicos".
"Mi vision es ayudar a los agricultores de
subsistencia en África. Me gustaría poder ofrecerles una bolsa de
semillas de cultivos tolerantes a la sequía, junto a fertilizantes
orgánicos apropiados, y cultivos de bacterias para que produzcan abono".
"Y aconsejarles que guarden la semilla y si
deben comprarla, espero que sea al costo de producción o cercano a este.
Mi corazón está con los pobres que luchan en situaciones difíciles ante
las sequías en Africa, no con nadie que quiera obtener ganancias a
partir de una situación desesperada".
¿Y qué le dice Farrant a los jóvenes, que quizás jamás han considerado una carrera en botánica?
"Muchos estudiantes de ciencias biologicas
quieren hacer algo para salvar a los seres humanos o a los animales y
optan por disciplinas relacionadas con medicina o veterinaria".
"Esto es admirable, pero a otros les diría. Por
favor, vean que las plantas son la fuente potencial de cura para muchas
enfermedades, pero incluso una cura contra el cáncer o el SIDA no sirve
si nos
morimos de hambre. Tal como están las cosas ahora, sin las
plantas no habría alimentos".
"Las plantas son vitales para la supervivencia en este planeta".
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