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Geanilda Vásquez |
“DE MUJER...”.- Miguel Vargas, al
parecer, le da lo mismo por arriba que por abajo. No acepta la sentencia
que restituye a Geanilda Vásquez como secretaria de Organización, pero
tampoco que le gane el corazón con su carta melcocha. La señora Vásquez
no fue en la ocasión como la vez anterior, intentando reasumir a la
mala, sino que envió una comunicación al presidente del partido
anunciando su reintegración. En la misiva, muy decente y con mucha
altura, habla de “humildad y espíritu unitario”, que son prendas que
hasta ahora no brillaban en ella, de manera personal, pero tampoco en
el grupo a que pertenece. No se sabe si Vargas había dado contestación a
Vásquez, puesto que anda por Turquía, pero en todo caso la respuesta
sería de no, ya que no la dejaron entrar. Incluso, sabiendo que iba, le
prepararon un coro de mujeres, al frente de las cuales estaba Onolia
Colón, una vieja caoba del partido blanco. Dicen que ni Toña la Negra
pudo haberlo hecho mejor, recordando la antigua canción De Mujer a Mujer
“lo lucharemos”...
MOTIVOS.- No hay dudas de que Geanilda
Vásquez sabía que no la iban a dejar entrar, pues desde el momento que
se conoció la decisión del tribunal, el grupo de Miguel Vargas hizo lo
que hace toda persona o sector cuando no le beneficia una sentencia:
desacreditar el fallo y descalificar la jueza. El primer alegato fue que
la actuante era sustituta y no titular. El segundo que era prima de la
demandante. Lo tercero que era una de “las juezas de Subero”, el
anterior presidente de la Suprema Corte de Justicia. Etcétera, etcétera.
Toda una suerte de Por ahí María se Va. ¿Por qué la señora Vásquez fue a
la Casa Nacional del PRD si sabía que era imposible, ya no reasumir
funciones, sino ingresar al recinto? La verdad que si hizo la diligencia
de buscar amparo en la justicia, lo propio era que probara el
resultado. Poner delante de los ojos de todo el mundo la situación, ya
no solo del partido, sino del país. Más que obvio, la política ñen su
expresión más pedestre y menuda-- está por encima de la
institucionalidad...
LA AUTORIDAD.- Geanilda Vásquez no
queda mal parada, y tampoco las compañeras que salieron a recibirla y
que con besos y abrazos le explicaron porqué no podía entrar a la Casa
Nacional de su partido. Entre las razones se mencionó la ausencia del
presidente Miguel Vargas. Ahí, por tanto, quedó el evento a los fines de
los perredeístas. La que sí queda malparada es la autoridad de la jueza
que ordenó “restituir de manera inmediata a la accionante Geanilda
Antonia Vásquez Almánzar, en sus funciones como Secretaria Nacional de
Organización del Partido Revolucionario Dominicano”. Los argumentos que
se usaron para desestimar la sentencia 711 del 19 de agosto del 2013, y
que favorece a la señora Vásquez, no fueron en su momento ni ahora
válidos. Fueron y son apreciaciones de orden personal, y no jurídicas
ni
legales, por lo que si se deja de lado la política, ese desconocimiento
constituyó y constituye un golpe a la institucionalidad. No fue el
Constitucional, pero sí un tribunal que por igual es de la República...
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Orlando Gil |
JURISDICCIONES.-
Los tribunales tienen rangos, de eso no hay dudas, pero la autoridad
de todos es innegable en el campo de su competencia. Incluso, Geanilda
Vásquez hace referencia en su carta a una comunicación de la Junta
Central Electoral, que de uno u otro modo endosa el fallo que la
favorece. Es decir, no logró su objetivo político, que era la
restitución en el cargo de Secretaria Nacional de Organización, pero sí
afectó a órganos públicos que forman parte de la institucionalidad del
país. Llevó tiempo criticando la ligereza con que los partidos o sus
dirigentes recurren a instancias de justicia para asuntos que por su
naturaleza deben ser resueltos en el ámbito político. El propio Vargas y
su grupo fueron beneficiarios en tiempos recientes de decisiones de
jueces electorales, de manera que no se explica porqué se resisten ahora
que los fallos aprovechan a sus oponentes. Las jurisdicciones deben
cuidarse, como instrumentos al servicio de todos, y las partes entender
que hoy por mí, mañana por ti. Lo importante no es ganar siempre, sino
tener a donde acudir...
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