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martes, octubre 29, 2013

Un block para el muro de Haití

Por Vinicio A. Castillo Semán.
viniciocastilloseman@gmail.com
Sin ninguna duda, la semana recién transcurrida quedará registrada en la historia como el inicio de un proceso institucional sin precedentes, al reunirse el Consejo Nacional de Migración encabezado por el Presidente de la República en el Palacio Nacional, en el que se anunció que el gobierno dominicano acatará plenamente la decisión del Tribunal Constitucional, aperturándose los trabajos del Plan Nacional de Regularización de los ciudadanos extranjeros residentes en el país.
República Dominicana, bajo el mandato constitucional de Danilo Medina, por primera vez, en décadas, abordará el espinoso tema de la documentación irregular de ciudadanos haitianos y de la falsificación que en el Registro Civil se ha hecho con absoluta impunidad, de la nacionalidad dominicana.  Ese proceso, como bien ha sido anunciado por el vocero de la presidencia, será en cumplimiento de la Constitución, de las leyes y del respeto a los derechos humanos de los que puedan resultar afectados.
El Presidente y el gobierno merecen ser felicitados por asumir la actitud correcta, desde el punto de vista institucional, y desechar, tirando al zafacón, las propuestas desesperadas de los grupos de traidores del patio, que le pedían la locura de desconocer la sentencia del Tribunal Constitucional, dándole una especie de golpe de estado a éste, lo que hubiera llevando al país a una crisis constitucional y política de grandes proporciones.
El pueblo dominicano está más unido que nunca en la defensa de la decisión del tribunal constitucional y del plan de regularización ordenado por el gobierno dominicano. El reducto de traidores que hace de comparsa a los ataques que el gobierno haitiano hace contra la República Dominicana en el exterior, es cada día menor.  
Sin embargo, a pesar de lo anterior, se hace imprescindible y urgente que el Presidente ordene cuanto antes la contraofensiva diplomática y mediática internacional para contrarrestar el laborantismo pernicioso de los haitianos en el exterior.  A mi juicio, el gobierno debe de poner máxima atención en Washington, capital norteamericana, en la que el gobierno haitiano tiene muy buenos lobbies con gran influencia en el denominado black caucus, con el que están procurando algún tipo de sanción o condena de parte de la administración del Presidente Obama contra la República Dominicana.
Ahora bien, de nada valdrán los gigantescos pasos institucionales que han marcado la histórica sentencia del Tribunal Constitucional, el anuncio del gobierno dominicano del inicio del citado Plan Nacional de Regularización y la contraofensiva diplomática que podamos implementar en las próximas semanas, si no adoptamos como país, los controles fronterizos indispensables para impedir que todo el que quiera llegar a nuestro territorio desde Haití, lo haga con la pasmosa facilidad con que ocurre hoy día.
En ese contexto, la mano de Dios y de la providencia nos ha brindado una coyuntura extremadamente favorable, de que el gobierno de Haití ha ordenado un muro de grandes dimensiones en algunos puntos de la frontera entre los dos países.  No puede haber una noticia más trascendental e importante para la República Dominicana, si sabemos aprovecharla, que esa iniciativa haitiana.
Tengo la convicción firme de que si la iniciativa de construir un muro en la frontera de Haití y la República Dominicana hubiera provenido de parte del gobierno dominicano, o de los que hemos asumido la defensa de la nacionalidad dominicana, hoy estuviéramos en las cuatro esquinas, tanto internacional como localmente, víctima de la maledicencia de los traidores del patio, acusándonos de fascistas, xenófobos, trujillistas y cuanto calificativo mentes perversas, como las que nos adversan, puedan imaginar.
Como, gracias a Dios, la iniciativa viene de los haitianos, creo que el pueblo dominicano debe movilizarse y expresar nuevamente su solidaridad motorizando un poderoso movimiento de ayuda a Haití en la construcción de su muro, bajo la consigna de “Un Block para el Muro de Haití”, que nos permita un efectivo control fronterizo a nuestro territorio y a ellos el control comercial de los productos importados de la República Dominicana, para el fortalecimiento institucional de sus aduanas.
Estoy plenamente seguro que si hacemos un gran telemaratón para ayudar a Haití en el muro fronterizo, van a sobrar blocks, cemento y varilla.  El pueblo dominicano mostrará nuevamente su solidaridad.  Propongo la consigna “Un Block para el Muro de Haití”.

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