Mezcle espinacas, apio, pepino, jengibre, piña y limón y bébalo al
despertarse. ¿Para qué? Para arreglarlo todo, dicen quienes practican el
juicing, pues ya no se imaginan la vida sin las extravagantes
mezclas que -según ellos- les ayudan a desintoxicarse, perder peso y
tener energía, entre muchos otros beneficios.
Aunque el término se refiere al simple proceso de extraer el jugo de los
vegetales y frutas, es utilizado para describir una moda cada vez más
popular en Estados Unidos. Un reciente documental parece haber ayudado a
correr la voz.
En "Gordo, enfermo y casi muerto" (2010) el protagonista es el australiano Joe Cross, quien decide alimentarse sólo de jugos durante 60 días y gracias a la radical práctica conocida como reboot (reinicio) logra perder 45 kilos y abandonar los fármacos que solía necesitar.
En "Gordo, enfermo y casi muerto" (2010) el protagonista es el australiano Joe Cross, quien decide alimentarse sólo de jugos durante 60 días y gracias a la radical práctica conocida como reboot (reinicio) logra perder 45 kilos y abandonar los fármacos que solía necesitar.
Se trata de una conmovedora historia que, a la
vez, ha funcionado como una exitosa estrategia de mercadeo. Ahora Cross
es una suerte de celebridad, que aparece en los programas de la
televisión diurna estadounidense para promocionar costosas máquinas de
hacer jugos -conocidas como juicers- capaces de separar el líquido de la pulpa.
Y ese es justamente uno de los muchos temas de discusión entre los
fanáticos de esta tendencia: ¿deberían tomarse con o sin pulpa? ¿Es
necesario invertir en una máquina de tecnología avanzada y nombre de
robot? ¿Por cuánto tiempo es saludable consumir sólo eso?
Mientras más amigos comparten fotos de sus jugos
verdes, morados y amarillos en redes sociales como Twitter e Instagram,
como si se tratara de pócimas milagrosas que curan los males y alargan
la vida, cabe preguntarse si todos los mitos y supuestos beneficios son
ciertos.
Lo más nutritivo
Una de las creencias más arraigadas es que estos jugos pueden ayudar a tratar distintas enfermedades y dolencias.
Julie Kemeny, fanática y promotora del juicing,
compartió con BBC Mundo su experiencia personal: "Cuando mi madre fue
diagnosticada con cáncer de colon, el doctor le pronosticó seis meses de
vida. Lo primero que hizo al enterarse fue comprar una juicer.
Comenzó a tomarlos diariamente y eso le ayudó a tener energía durante
el tratamiento de quimioterapia. Y, en mi opinión, la ayudaron a vivir
seis años más de lo esperado".
Pero hay que ser muy cuidadosos con este tipo de mensajes, advierte
en conversación con BBC Mundo la nutricionista Janet Brill, autora de
tres éxitos editoriales (Abajo el colesterol, Prevenga un segundo ataque
al corazón y Abajo la presión arterial).
"Es muy probable que se haya beneficiado de los
nutrientes que aportan los jugos, sobre todo porque muchos pacientes de
cáncer mueren de malnutrición, debido a las náuseas y el malestar que
les quita el apetito y les impide comer. Lo que no se puede creer es que
la comida tenga poderes mágicos, eso sí es dañino", asegura la
especialista.
Brill es de las que prefiere comer los alimentos
enteros, en una ensalada, por ejemplo. "Los jugos pueden tener muchas
más calorías y un alto contenido de azúcar sin que ni siquiera nos demos
cuenta. Ello puede ser contraproducente para el control de peso y
peligroso para los diabéticos y aquellas personas con altos niveles de
glucosa en la sangre".
Sin embargo, señala la nutricionista, es poco
probable que alguien se siente en la mesa y se coma ocho hojas de col
rizada, un pepino, dos manzanas y un limón. En ese caso, si no se están
consumiendo las cinco porciones de vegetales y frutas al día, "esta moda
puede ser muy beneficiosa. Los jugos más nutritivos serán aquellos que
contengan un alto porcentaje de vegetales verdes y poca fruta, pues
contienen bajos niveles de grasa, sodio y azúcar".
Con pulpa, sin pulpa
Por esa razón María Silvia Socorro, una venezolana de 31 años que
reside en Houston, Texas, decidió incorporar los "famosos jugos verdes"
(como los llama ella) a su dieta. Después de tener a su bebé, dejó de
consumir suficientes vegetales y frutas, según cuenta a BBC Mundo.
"Luego de tomarlos a diario durante seis meses,
me siento de maravilla, llena de energía. Solía tener problemas con mi
colesterol y ya no es así. También he notado mejorías en mi piel y el
cabello ya no se me cae", dice.
Aunque ahora tiene la misma máquina que Cross
promociona en el documental, Socorro comenzó haciendo sus jugos en una
licuadora convencional y a tomarlos con toda su fibra (lo que se conoce
como blending). Según la doctora Brill, esta es la mejor manera de
tomarlos si se quiere consumir la mayor cantidad de antioxidantes.
Para los fanáticos de la tendencia del juicing,
sin embargo, los jugos siempre deberían tomarse sin pulpa porque el
líquido preserva las enzimas de los alimentos y eso ayuda a absorber
mejor los nutrientes. Además, como no se tendrá que procesar la fibra,
el tracto digestivo podrá tomar un merecido descanso. A pesar de que
esta teoría suena lógica, no hay evidencia que la pruebe y según Brill,
quienes dicen esto no saben de lo que hablan. "El sistema digestivo no
necesita descansar", asegura.
Un negocio
Quienes, como Socorro, llevan tiempo tomando
jugos se sienten expertos en el tema y predican su práctica entre sus
familiares y amigos cercanos. "¡Ya he convencido a 14 personas!", dice
emocionada. Entre ellos se cuenta su esposo, que en ocasiones bebe los
jugos a regañadientes porque le desagrada el olor o el sabor.
Mucha
gente ha visto incluso una oportunidad de negocio en esa promoción. En
diciembre de 2012, Kemeny creó la iniciativa "Juicing with Julie",
a través de la cual "ha ayudado a miles de personas a sentirse más
saludables". Durante el mes de agosto, unas 100 personas se inscribieron
en el programa.
Con la ayuda de internet y las redes sociales,
ofrece instrucción y motivación por un monto de US$97 (que también
incluye menús, listas de compras y recetas) para realizar un reto de 30
días, en los que sólo se consumen jugos. Según ella, realizar este tipo
de dieta por un período de hasta 92 días es "perfectamente aceptable".
La doctora Brill considera, en cambio, que puede
ser peligroso. "Está bien hacerlo por un día, o un día a la semana,
pero tanto tiempo seguido no es bueno. No estás consumiendo los
nutrientes -las proteínas, la grasa buena- ni las calorías que se
necesitan para estar saludable. Esa no es la mejor manera de perder
peso. Además, es muy probable que quienes adelgacen así vuelvan a
engordar en poco tiempo".
Y no sólo se trata de un negocio que crece en la
red: en las grandes ciudades de EE.UU., como Nueva York, las tiendas
que ofrecen jugos de este tipo se están multiplicando. Empresas como
BluePrint incluso ofrecen llevarlos a la casa, Starbucks los vende
embotellados bajo su marca filial Evolution Fresh y el diario The New
York Times ha asegurado que la moda es tal, que se asemeja a la que hubo
hace unos cinco años con los cupcakes.
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