El último error de Peña Gómez fue darle a JB un título inmerecido; y la verdad de la historia - RDvisión Noticiosa

Breaking

Siguenos en nuestras Redes Sociales

Sígueme en YouTube Sígueme en Facebook Sígueme en Instagram Sígueme en WhatsApp  Sígueme en Twitter

Post Top Ad

Responsive Ads Here

viernes, marzo 01, 2013

El último error de Peña Gómez fue darle a JB un título inmerecido; y la verdad de la historia

Por Emilio Herasme Peña;-El último error importante cometido por José Francisco Peña Gómez antes de morir, fue proponer en 1996 que a Joaquín Balaguer se le reconociera como “padre de la democracia dominicana”.
Otorgarle ese título inmerecido a Balaguer, y que fue aprobado mediante resolución o ley del Congreso Nacional, carecía y carece de fundamento, repasando la historia.
Para que en política o en la lucha patriótica, alguien merezca ser reconocido como padre, debe haber logrado grandes éxitos o padecer innumerables sufrimientos, e incluso la muerte, luchando por la libertad de su patria.
El único “aporte” de  Balaguer
El único aporte de Balaguer a la democracia dominicana fue, propiciar la apertura política en el país tras la muerte del tirano Rafael Trujillo Molina el 30 de Mayo de 1961, lográndolo gracias al respaldo que  recibió del hijo primogénito de éste, el general Ramfis Trujillo.
Se sabe que ese “aporte” suyo fue convencer al hijo del tirano ajusticiado, que la apertura política era la única vía posible para el levantamiento de las sanciones diplomáticas y económicas impuestas al régimen trujillista y al país por la OEA en agosto de 1960, en respuesta al atentado patrocinado por Trujillo contra el presidente de Venezuela, Rómulo Betancourt.
Dichas sanciones acogotaban la economía dominicana y al gobierno en manos de los Trujillo, al no recibir las divisas provenientes de las ventas de los productos tradicionales que el país exportaba, y la imposibilidad de importar legalmente bienes básicos como los derivados del petróleo, neumáticos,  maquinarias y piezas de repuestos.  
En consecuencia, esa apertura democrática acordada entre Trujillo hijo y Balaguer, no obedeció de modo alguno al interés de permitir, per se, el libre desenvolvimiento en el país de partidos políticos de oposición, ni el respeto a los derechos humanos y a las libertades públicas.
La mejor prueba
La mejor prueba de eso fue, que a pesar de esa apertura democrática, ni la OEA, ni el presidente Betancourt, ni los gobiernos democráticos del continente, aceptaron levantar las sanciones; y no lo hicieron por el mero hecho de que se permitiera la instalación del PRD y la formación de las agrupaciones patrióticas 14 de Junio y Unión Cívica Nacional, ni debido a que estas organizaciones se movilizaban con bastante libertad. desafiando a los remanentes del trujillismo.
Esa negativa a levantar las sanciones se debió básicamente a que las Fuerzas Armadas y la Policía seguían bajo el control de los Trujillo y sus más allegados y a que la casi totalidad de las empresas más importantes del país seguían perteneciendo a la familia del tirano ajusticiado; y además porque prácticamente todos los antitrujillistas exiliados permanecían en el extranjero, excepto los tres dirigentes del PRD que vinieron el 5 de julio de 1961; lo que demostraba que la dictadura trujillista permanecía intacta, aún después de la gesta del 30 de mayo.  
Es cierto que en noviembre de 1961 el entonces presidente de los Estados Unidos, John F. Kennedy, hizo esfuerzos para el levantamiento parcial de dichas sanciones, pero eso no fue posible debido al firme rechazo del presidente Betancourt, apoyado por los gobiernos democráticos más importantes de América Latina.
La renuncia de Ramfis Trujillo; asesinatos y plan macabro
Fue por eso que,  ante el fracaso de esos esfuerzos del presidente Kennedy en ese sentido, el general Trujillo hijo se desesperó y decidió renunciar a su condición de jefe de Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armada, y decidió marcharse del país pocos días después.
Luego de su renuncia, el primogénito del tirano asesinó a los conjurados vivos participantes en el ajusticiamiento de su padre, y además dejó trazado un plan macabro para el restablecimiento de la dictadura con toda su crudeza y capacidad represiva, bajo el mando de su tío “Petán” Trujillo.
Esto último fue tan cierto, que la misma noche que Ramfis Trujillo mató a los sobrevivientes de la gesta del 30 de mayo y horas después se marchó al exterior, su tío “Petán” Trujillo fue a la casa del presidente Balaguer para ordenarle que al día siguiente se presentara temprano en el Palacio Nacional para que lo juramentara como nuevo presidente de la república.
Ese plan macabro consistía además, en el asesinato de los dirigentes y cuadros principales de la oposición en todo el país, especialmente los del 14 de Junio y Unión Cívica, matanza que estaría a cargo de los calieses del Servicio de Inteligencia Militar, SIM; y de los paramilitares del ejército privado de “Petán” Trujillo conocido como Los Cocuyos de la Cordillera. Para evitar la materialización de ese plan criminal, fue que se produjo la oportuna, valiosa y exitosa rebelión de los pilotos militares.
Rebelión de los pilotos
Ese levantamiento militar del 19 de noviembre de 1961, bautizado como la rebelión de los pilotos, estuvo encabezado por el general Pedro Rafael Rodríguez Echavarría, con el respaldo principal de los coroneles Nelton González Pomares, Federico Fernández Smester, Raymundo Polanco Alegría, Santiago Rodríguez Echavarría y Manuel Durán Guzmán.
El entonces presidente Balaguer nada tuvo que ver con ese levantamiento militar que hizo posible la salida del país de todos los Trujillo y algunos de sus allegados más cercanos.
Pero Balaguer sí se benefició en grande de ese levantamiento militar, ya que el general Rodríguez Echavarría le dio su apoyo total para que siguiera como presidente de la República, lo que en diciembre de 1961 le permitió bañarse de popularidad con las donaciones masivas que hizo a choferes de vehículos del transporte público, de tierras, ganado y dinero en efectivo entregado a militares y civiles.
Bendecido por la suerte
Balaguer fue todo un dechado de suerte porque Trujillo lo hizo vicepresidente y presidente de la república entre 1958 y 1960; porque al hijo primogénito del tirano no le interesaba la política;  y además porque el general Rodríguez Echavarría lo mantuvo en la presidencia contra viento y marea.
La siguiente suerte de Balaguer fue el golpe de Estado que derrocó al profesor Juan Bosch de la presidencia de la república, en 1963, lo que año y siete meses mas tarde provocó la Revolución Constitucionalista del 24 Abril de 1965, y la intervención militar norteamericana cuatro días después.    Gracias a esa intervención militar extranjera, Balaguer regresó al país en medio de la guerra patria, contando con el apoyo total del presidente norteamericano Lyndon Johnson.
Sin el apoyo “hasta atrás” del entonces presidente norteamericano, Balaguer no habría “ganado” las elecciones de junio de 1966, en medio de una situación en la cual su principal oponente, el profesor Bosch, no pudo salir a las calles ni visitar los pueblos del interior en campaña electoral, debido a la represión militar imperante, patrocinada por las tropas extranjeras de ocupación.
Demostración inequívoca
El anterior recuento apretujado demuestra inequívocamente, que Balaguer no merecía que Peña Gómez lo bautizara como “el padre de la democracia dominicana”, en vista de que su propuesta al respecto carecía de todo aval.
Es de ahí que esa proclamación de Peña Gómez en beneficio del líder histórico reformista, ha quedado plasmada como su último error imperdonable, ya que Balaguer no se comportó como un demócrata cabal en su gobierno de los doce años, ni tampoco en el de los diez, donde él, Peña Gómez, fue objeto de la peor acusación de corrupto formulada en su contra.
Lo otro
Lo otro es que durante los doce años del gobierno de Balaguer entre 1966 y 1978, fueron asesinados periodistas sobresalientes como Guido Gil. Gregorio García Castro y Orlando Martínez. También jóvenes valiosos como el recordado ex dirigente estudiantil Amín Abel Hasbún, así como Orlando Mazara, Henry Segarra, Tito Montes, Luis Parrish, Stalin García y muchos otros, simplemente por dedicarse a orientar sindicatos obreros y promover la formación de asociaciones campesinas para luchar por un régimen de justicia en el campo.
Emilio Herasme Peña
La lucha de esos jóvenes de ideas avanzadas era tan justa, que en 1972 el propio Balaguer promulgó su Código Agrario apoyado por el Partido Comunista Dominicano, PCD, y hoy la existencia de sindicatos obreros es respetada por todos los empresarios, incluyendo al Central Romana que otorga cada año millonarios beneficios a sus trabajadores.    
Era eso lo que perseguían Guido Gil y Amín Abel como asesores del sindicato de trabajadores de esa empresa, y por lo cual fueron asesinados por el aparato represivo balaguerista. Entonces, ¿de donde procede la “proceridad” de Balaguer? Todo eso, sin mencionar la orden de matar a un coronel Caamaño herido y preso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Post Bottom Ad

Responsive Ads Here

Pages