“El hombre es concebido en pecado y nace en medio de la corrupción, y pasa del pestazo de los pañales al hedor del sudario. Siempre hay algo.” Robert Penn Warren.
Esa lapidaria frase de la majestuosa obra “ALL THE KING’S MEN”, refiere la –irremediable- naturaleza del hombre y sus justificaciones.
Las recientes declaraciones por twitter del Canciller de República Dominicana reflejan inmisericordemente la –generacional- genuflexión oficial ante los caprichos de nuestros vecinos haitianos.
Prácticamente admiten y justifican las acciones unilaterales del gobierno de ese Estado fallido en contra de los recursos naturales e hídricos de nuestro país, al referir que –en un grave error histórico- que la Republica Dominicana habría realizado obras similares en el pasado. ¡TOTALMENTE FALSO! En el actual contexto, es algo tan preocupante que el propio presidente de la República Luis Abinader ha tenido que salir prácticamente a aclarar la posición oficial del gobierno dominicano frente a esta nueva –pero no sorpresiva- agresión a nuestro pueblo.
El presidente refirió que NO ha autorizado NINGUN trabajo ni desvio de las cuencas del rio masacre por parte de su administración y que lo único que ha instruido es la conformación de una mesa técnica para determinar la viabilidad o posibles alternativas simbióticamente beneficiosas para ambos países.
Parecería ser que la actual administración tiene muchos enemigos internos y ocultos que están infringiéndole mucho daño a su gestión de manera premeditada o negligente. ¿Cómo es posible que Haití deprede nuestros bosques para carbón, nuestros guaconejos para aceites, nuestros ríos para gravas, nuestras playas para pesca; nuestros ganados para cuatrearía y en fin, todo lo que extinguieron en sus tierras sin que nuestras autoridades hagan nada?
¿Cómo es posible que ante el mayor riesgo ecológico que amenaza nuestros recursos naturales nuestro lobby diplomático sea tan indiferente y cobarde de preferir CEDER y ENTREGAR antes que accionar internacionalmente?
Se hacen más conveniente que nunca las imperecederas y oportunas palabras que sepulcralmente le manifestó Churchill a Chamberlain en 1938 sobre su acuerdo con Hitler:
“Os han dado a elegir entre el deshonor y la guerra; habréis elegido el deshonor y como quiera tendréis la guerra”.
Los abusadores siempre van a abusar de ti hasta el día en que te dispongas a defenderte y pelear. Hasta que no nos respetemos como nación y Estado; nadie lo hará. Vergüenza nacional.
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