Nadie garantiza que los protocolos dise帽ados para proteger a alumnos y maestros del Covid ser谩n escrupulosamente respetados.
El Covid est谩 en todas partes. Porque se esparce en el ambiente y gravita m谩s tiempo en los espacios cerrados.
Los planteles podr铆an estar descontaminados o desinfectados (algo de lo que no se tiene certeza) pero nadie puede asegurar que los h谩bitats de maestros y alumnos est茅n impecablemente saneados y que no puedan ser fuentes primarias de transmisi贸n del virus.
La mejor prueba de que las distintas variantes del Covid han comenzado a causar estragos es la alta positividad de contagios, hasta en algunos vacunados.
El crecimiento exponencial del contagio no solo lo causa el extendido irrespeto al uso de mascarillas y al distanciamiento f铆sico.
La culpa es de la permisividad con que las autoridades han dejado que estos desacatos se hayan generalizado y que los ni帽os y j贸venes, en particular, sean ahora las v铆ctimas predilectas del coronavirus.
El pa铆s es ya un inmenso invernadero para cualquiera de las variantes presentes del virus. Los hospitales y cl铆nicas atiborrados de pacientes as铆 lo atestiguan.
Reabrir las escuelas es, en este contexto de profusi贸n de contagios, una imprudente decisi贸n.
Tomado del editorial dede la fecha ;-
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