La política se hace con dinero. Si el Estado financia a los partidos y agrupaciones políticas los que administran la distribución de esos recursos lo primero que deben hacer es actuar con justicia y apego a la Constitución y las leyes.
Nunca me ha gustado la calificación de partidos mayoritarios y que se asigne mayores recursos a los que de por si tienen más influencias por detentar el poder. Es contrasentido que el partido en el poder reciba el grueso de los bienes públicos cuando por lógica sus dirigentes tienen mayor exposición pública, lo que redunda positivamente para los fines electorales.
Tengo entendido que el PRD y la Fuerza del Pueblo obtuvieron en las elecciones presidenciales más del 5 por ciento de los votos. Está claro que las elecciones más importantes son para escoger presidente. Aunque los congresistas y municipalistas tienen gran importancia en la función pública es la escogencia del mandatario lo que atrae la mayor participación popular.
Las pasadas elecciones fueron tortuosas. El desquiciamiento de Danilo Medina alteró lo que era un estilo lacio para escogeré el presidente de la República. Esa prepotencia llevó presiones sobre la JCE, fracturaron las actividades de Leonel Fernández y consecuentemente al PLD que terminó fraccionado. En medio del mal tiempo se fraguó la FP, que hubo de actuar con cautela para mantener como candidatos en el partido morado a gente que era leonelista lo que significa merma de votos para la Fuerza.
Esta JCE parece copiar el pasado modelo que llevó a los partidos a concurrir a los tribunales para garantizar sus derechos. Feo proceder y mal comienzo.
Si así es que van a actuar, no quiero pensar en las elecciones del 2024.
Por Alfredo Freites ;-
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