Los recientes pronunciamientos de los nuevos funcionarios
municipales del PRM en Cotuí, Puerto Plata, Barahona, y las presiones
que expresan en Santo Domingo Este, ponen la carne de gallina a los
peledeístas. Lo temido se acerca: “es para afuera que van”. Se
quedarán sin empleos. Eso es lo que piensan y temen.
Y es entendible de parte y parte.
Los PRM son ex PRD y tienen 16 años sin arrimarse a la vaca
nacional.
Tienen secas las tripas y vacíos los bolsillos. En tanto que
los PLD ven que, merced a los desaciertos políticos y la corrupción
del presente gobierno, la fortaleza de su partido se deshace en agua
caliente.
El panorama es feo para las bases del PLD. Sombrío. Tenebroso. Su
candidato presidencial no arranca; está parado, atascado frente a la luz
roja del rechazo popular y, aunque lo quieren empujar, no hay formas.
Algunos dirigentes solo tienen la opción de alargar, bajo cualquier
estratagema, la permanencia en el poder. El coronavirus les ha venido
como pretexto, pero no será eterno. Las deudas se pagan. Tarde o
temprano tendrán que entregar.
Más temprano que tarde habrá cambio de gobierno; eso lo saben los
miembros de las bases del PLD, y temen. Su candidato presidencial está
parado frente a la luz roja. Gonzalo Castillo es un Penco que no corre,
es como el caballo de la famosa salsa.
Sin embargo, ya en el PLD hay voces que advierten que Leonel
Fernández es la fórmula. Es la luz verde que requieren para quedarse
en sus empleos. Y, casualmente, es verde el color de la Fuerza del
Pueblo.
Los peledeísta recuerdan que con la presidencia de Leonel Fernandez
el PLD era ganador; que sacó adelante el país tras dos ciclones y
levantó la nación tras el paso del desastroso gobierno de Hipólito
Mejía que quebró el país y puso el dólar por las nubes.
Los del PLD temen quedarse sin empleos. Es un temor con bases.
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