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martes, julio 09, 2019

¿Respeto a la ilegalidad?

La vida, como tal, se rige por normas y leyes que permiten vivir en una sociedad organizada garantizando la igualdad, derecho y convivencia pacífica los cuales descansan en la Constitución. Un pacto social que quien osare con transgredirlo es penado y sancionado tanto por la justicia como por la sociedad. Y es que hasta en el deporte toda disciplina tiene normas y reglas establecidas las cuales a la hora del juego deben ser respetadas y aplicadas con el objetivo de que la competencia sea más balanceada, competitiva y justa.
El PLD desde su primer gobierno en el 1996 ha sido una pieza fundamental del desarrollo y avance que exhibe hoy por hoy la República Dominicana. Todos estos logros y hazañas solo han sido posible por el consenso y la unidad partidaria, que hasta cierto momento caracterizó a esta organización política. Esta regla de oro que tanto brillo le ha dado a la hora de cuantificar el éxito del partido de la estrella amarilla y, que de modo inexplicable para desgracia del pueblo, se ha ido irrespetando paulatinamente en los últimos años.
Luego del traumático escenario que vivió el partido oficialista durante el preludio de las elecciones del 2016. Algo sin precedentes en la historia del PLD. Momento en el cual se vulneró todo lo establecido a través de la implementación de todo tipo de artimañas y de maniobras que podamos imaginar. Llegando a la osadía del uso de campaña sucia con el objetivo de tratar de desacreditar y mancillar la figura de Leonel Fernández presidente de este partido, ya que este, era el único candidato que tenía números reales para ganar las elecciones en ese año, y a su vez, no tenía impedimento legal alguno, excepto que ser el contendor de más peso y el escollo interno para los planes de materializar una modificación constitucional que permitiera a Danilo Medina presentarse como candidato para un nuevo cuatrienio, el cual tenía un impedimento constitucional.
A pesar de todos estos desaciertos y agravios a los que ha sido sometido el PLD y su militancia en los últimos siete años, y por ende la gran parte interna que como resultado de estas arbitrarias decisiones e imposiciones fue vapuleada y afectada significativamente con el uso del poder; decidió en aras de mantener la unidad interna y el buen funcionamiento del partido, tal y como como ha sido su tradición, ceder y firmar un acuerdo de 15 puntos conjuntamente con los demás miembros del Comité político, el cual fue refrendado por el Comité Central, un Pleno de dirigentes y depositado en el Tribunal Superior Electoral. Y que posteriormente a pesar de las diferencias coyunturales se sumó de manera militante asumiendo su rol y responsabilidad para que el PLD ganara las elecciones y se mantuviera en el poder tal y como sucedió.
Más hoy, como paradoja de la vida, ese acuerdo que fue tan vital y decisivo para mantener la unidad morada se pretende dejar de reconocer. Hemos escuchado de altos dirigentes en algunas ocasiones que fue un atraco y en otras desconocimiento del mismo, y que en lo inmediato se debe respetar las disposiciones del Comité Político, ya que de cualquier miembro no acatar a plenitud dichas disposiciones se estaría violentando la disciplina partidaria que puede tener como desenlace sanciones disciplinarias.
Y la pregunta es la siguiente ¿no está todo establecido y acordado en el acuerdo de 15 puntos del 2015 firmado y avalado por todo el partido? ¿Cómo se pueden cambiar las reglas a mitad del juego? ¿Tienen estas personas con estas acciones la calidad moral y el respeto ante el partido y la sociedad?
Evidentemente que quienes incurren en desacato e ilegalidad, son los que hoy pretenden a toda costa desconocer lo establecido en dicho acuerdo para obtener beneficios particulares y que con este comportamiento comienzan a transitar un terreno de ilegalidad que le hace perder su reconocimiento y respeto ante la militancia peledeísta y el pueblo.
Este tipo de acciones, sin lugar a dudas que han ido lacerando con el paso del tiempo la democracia interna y el buen funcionamiento de este partido, ya que mediante el uso de mayorías mecánica en sus órganos y organismos se han impuesto posiciones, sin el debido consenso como ha sido su tradición, a tal punto, que se obvia y se vulnera lo establecido, en franca negación a los principios que dieron origen a ese instrumento de liberación creado por ese grande del mundo el Profesor Juan Bosch; donde la regla que impera por encima de todo en estos momentos, es el na e’ na, y todo es a sigún, sin importar el precio que se tenga que pagar.
Por Iván Canals ;-
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