Si fuera verdad lo que tanto dicen, de ser cierto
lo que vienen propalando desde hace veinte años, de no ser mentira
absoluta que el gobierno del Partido de la Liberación Dominicana soborna
a más de la mitad de la prensa, Danilo Medina no estuviera zarandeado
por escándalos culposos de naturaleza moralistas consustanciales a estos
tiempos de facilismo y riqueza fácil.
Nada evidencia tanto la orfandad de apoyo que tienen este gobierno y el PLD en los medios de comunicación, como la barahúnda pública que estremece los cimientos del Estado por una práctica que existe desde antes de la fundación de la República en 1844 y que en alguna medida ha permeado a todos los gobiernos-
Por supuesto, los volúmenes que envuelve el caso Odebrecht no es para menos. Pero el caso Odebrecht no sólo salpica a gente en las colindancias del gobierno de Danilo, sino también de Hipólito Mejía y de Leonel Fernández, los dos presidentes que le precedieron.
Y peor aún, a gente que estuvo en la cima del poder cuando la oposición de hoy se aposentaba en el Palacio Nacional… algunas de las cuales se colocan el ropaje de honestos ciudadanos exigiendo justicia en el caso de Odebrecht cuando fueron ellos quienes desde sus propias instancias de poder refrendaron los primeros contratos de la constructora brasileña.
Todo se va a saber… Pero mientras concluye la investigación, esos personajes hipócritas se colocan a la ofensiva pidiendo explicación sobre acciones corruptas que engrosaron sus cuentas bancarias… … ¡Ay… cuando Ángel Rondón mencione los bolsillos donde fueron a parar los primeros sobornos de Odebrecht en 2001!
¿Libres de culpa?
“El que esté libre de culpa, que tire la primera piedra”, dice Jesús en Juan 8:1-7 cuando los fariseos llevaron ante Él a una mujer adúltera para ser lapidada por su pecado.
No resulta difícil hallar el pecado original en el caso de Odebrecht y los sobornos que pagó desde el mismo día en que fue traída al país para arrebatarle el concurso que había ganado en buena lid la firma Andrade Gutiérrez para la construcción del acueducto múltiple de la Línea Noroeste.
Sería bueno también averiguar en manos de quién estaba el Senado de la República entonces, quién era el presidente de ese órgano legislativo y quien reemplazó a éste y también al otro… “Por la punta se llega al ovillo… “, dice el viejo refrán andaluz.
De seguirse esa pauta, quizás alguna gente no estuviera hablando tan alto y mucho menos pidiéndole explicación a Danilo por una inferencia que se hizo en Brasil.
La “puritita verdad” --como dicen los mejicanos--, es que Odebrecht embarra a mucha gente: a ex gobiernos, a ex ministros, a ex legisladores encumbrados y a dirigentes actuales de la oposición que hablan muy alto olvidando que quien repartió los cuartos anda por ahí vivito y coleando... gracias a Dios.
¿Las bocinas del PLD?
El problema es que mientras esos opositores que engrosaron sus cuentas bancarias emplazan a Danilo, los guapetones del PLD se meten la lengua en el bolsillo. Ahora “no aparecen por parte”, mientras las “bocinas” del PRM se sirven con la cuchara grande y hace mutis la “prensa pagada” del gobierno.
Es sencillo comprender el trilema: no existe la prensa “comprada” por el gobierno, las “bocinas” son opositoras y el periodismo independiente siempre juega su rol, sin importar los gobiernos o los esfuerzos que se hagan para doblegarla.
El gobierno y el PLD están desguarnecidos de apoyo en la prensa dominicana. Pocos se atreven a dar la cara por ellos, y si alguna vez pagaron a algunos periodistas, esos cobraron y se fueron.
Nada evidencia tanto la orfandad de apoyo que tienen este gobierno y el PLD en los medios de comunicación, como la barahúnda pública que estremece los cimientos del Estado por una práctica que existe desde antes de la fundación de la República en 1844 y que en alguna medida ha permeado a todos los gobiernos-
Por supuesto, los volúmenes que envuelve el caso Odebrecht no es para menos. Pero el caso Odebrecht no sólo salpica a gente en las colindancias del gobierno de Danilo, sino también de Hipólito Mejía y de Leonel Fernández, los dos presidentes que le precedieron.
Y peor aún, a gente que estuvo en la cima del poder cuando la oposición de hoy se aposentaba en el Palacio Nacional… algunas de las cuales se colocan el ropaje de honestos ciudadanos exigiendo justicia en el caso de Odebrecht cuando fueron ellos quienes desde sus propias instancias de poder refrendaron los primeros contratos de la constructora brasileña.
Todo se va a saber… Pero mientras concluye la investigación, esos personajes hipócritas se colocan a la ofensiva pidiendo explicación sobre acciones corruptas que engrosaron sus cuentas bancarias… … ¡Ay… cuando Ángel Rondón mencione los bolsillos donde fueron a parar los primeros sobornos de Odebrecht en 2001!
¿Libres de culpa?
“El que esté libre de culpa, que tire la primera piedra”, dice Jesús en Juan 8:1-7 cuando los fariseos llevaron ante Él a una mujer adúltera para ser lapidada por su pecado.
No resulta difícil hallar el pecado original en el caso de Odebrecht y los sobornos que pagó desde el mismo día en que fue traída al país para arrebatarle el concurso que había ganado en buena lid la firma Andrade Gutiérrez para la construcción del acueducto múltiple de la Línea Noroeste.
Sería bueno también averiguar en manos de quién estaba el Senado de la República entonces, quién era el presidente de ese órgano legislativo y quien reemplazó a éste y también al otro… “Por la punta se llega al ovillo… “, dice el viejo refrán andaluz.
De seguirse esa pauta, quizás alguna gente no estuviera hablando tan alto y mucho menos pidiéndole explicación a Danilo por una inferencia que se hizo en Brasil.
La “puritita verdad” --como dicen los mejicanos--, es que Odebrecht embarra a mucha gente: a ex gobiernos, a ex ministros, a ex legisladores encumbrados y a dirigentes actuales de la oposición que hablan muy alto olvidando que quien repartió los cuartos anda por ahí vivito y coleando... gracias a Dios.
¿Las bocinas del PLD?
El problema es que mientras esos opositores que engrosaron sus cuentas bancarias emplazan a Danilo, los guapetones del PLD se meten la lengua en el bolsillo. Ahora “no aparecen por parte”, mientras las “bocinas” del PRM se sirven con la cuchara grande y hace mutis la “prensa pagada” del gobierno.
Es sencillo comprender el trilema: no existe la prensa “comprada” por el gobierno, las “bocinas” son opositoras y el periodismo independiente siempre juega su rol, sin importar los gobiernos o los esfuerzos que se hagan para doblegarla.
El gobierno y el PLD están desguarnecidos de apoyo en la prensa dominicana. Pocos se atreven a dar la cara por ellos, y si alguna vez pagaron a algunos periodistas, esos cobraron y se fueron.
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