Muchas veces he preguntado dónde están los
guapetones del PLD que no responden los ataques desconsiderados del
sector más agresivo de la sedición opositora… ¿Por qué se han metido la
lengua en el bolsillo si ellos han sido los grandes beneficiados de los
casi 17 años que llevan en el poder? También he preguntado por qué el
gobierno de Danilo Medina no aprovecha esta coyuntura para sacar de los
altos cargos de la administración pública a gente viciada --así sean
funcionarios honestos--, por tantos años sirviendo en las mismas
posiciones y que se creen insustituibles argumentando méritos
partidarios.
Siempre se ha dicho que la mayor distorsión que provocan los gobiernos que se suceden a sí mismos en el poder es que no se renuevan y consecuentemente repiten las mismas figuras, los mismos rostros, el mismo estilo, los mismos vicios, las mismas mañas… Hasta que llega el hastío de la gente.
El PLD siguió en el poder en 2012 después de dos períodos sucesivos de Leonel Fernández, y el año pasado volvió a reelegirse para agotar 16 años continuos, algo que no había logrado ningún otro partido en la historia democrática. Pero Danilo continuó casi con el mismo gabinete —que ya era viejo—, cuando inició su primer mandato.
Con excepciones notorias como José Ramón Peralta y Gustavo Montalvo, ambos de su entorno más íntimo, Danilo ha gobernado los últimos 55 meses con muy pocos cambios de funcionarios, a pesar de que algunos partidos aliados desertaron en el proceso electoral pasado. Sumó al PRD pero se le fueron el PRSC y otros grupos pequeños.
Lo bueno, lo malo…
Los gobiernos se añejan prematuramente, a destiempo, cuando sus funcionarios agotan largos períodos. En algunos países se tiene como norma que ningún alto cargo dure más de dos años sin ser rotado, en el mejor de los casos, porque lo normal es que en ese lapso abandonen la función pública.
Siempre se ha dicho que la mayor distorsión que provocan los gobiernos que se suceden a sí mismos en el poder es que no se renuevan y consecuentemente repiten las mismas figuras, los mismos rostros, el mismo estilo, los mismos vicios, las mismas mañas… Hasta que llega el hastío de la gente.
El PLD siguió en el poder en 2012 después de dos períodos sucesivos de Leonel Fernández, y el año pasado volvió a reelegirse para agotar 16 años continuos, algo que no había logrado ningún otro partido en la historia democrática. Pero Danilo continuó casi con el mismo gabinete —que ya era viejo—, cuando inició su primer mandato.
Con excepciones notorias como José Ramón Peralta y Gustavo Montalvo, ambos de su entorno más íntimo, Danilo ha gobernado los últimos 55 meses con muy pocos cambios de funcionarios, a pesar de que algunos partidos aliados desertaron en el proceso electoral pasado. Sumó al PRD pero se le fueron el PRSC y otros grupos pequeños.
Lo bueno, lo malo…
Los gobiernos se añejan prematuramente, a destiempo, cuando sus funcionarios agotan largos períodos. En algunos países se tiene como norma que ningún alto cargo dure más de dos años sin ser rotado, en el mejor de los casos, porque lo normal es que en ese lapso abandonen la función pública.
Esa
norma, sin embargo, tiene el agravante de que los funcionarios son
relevados cuando empiezan a adquirir destrezas en la función asignada,
pero siempre favorece la imagen de los gobiernos que tienen la
oportunidad permanente de presentar rostros nuevos.
En el gobierno de Medina la mayoría de ellos --fundamentalmente del
nivel medio, y hasta algunos ministros--, fueron hallados en esos cargos
el 16 de agosto de 2012. Algunos han sido rotados de un ministerio a
otro, pero otros siguen con los mismos rangos, en especial los altos
dirigentes del PLD. Varios de ellos han sido ministros en los cuatro
períodos que lleva su partido en el poder.
Su silencio actual los hace cómplices del barraje desatado contra el
Presidente, y la información que me llega es que en el Palacio hay
malestar con algunos de ellos que se niegan incluso a ir a los programas
mañaneros que se les invita cuya presencia era habitual hasta hace
poco.
… Lo mejor del PLD
Hay un movimiento interno en el PLD que tiene el doble propósito de
unificar los dos liderazgos fundamentales de ese partido que encarnan
Leonel Fernández y Danilo Medina para encarar la embestida política
actual que tiene el propósito de erosionar el liderazgo de ambos para
sacarlos del poder en el 2020.
Con ese fin, más de veinte senadores del PLD enviaron una carta tanto
a Danilo como a Leonel para instarlos a reunirse y dirimir los
problemas que puedan existir entre ellos. La sugerencia plantea que se
vean solos, sin testigos, y que esa reunión se prolongue el tiempo
necesario hasta que aclaren sus diferencias. En esa misma dirección se
mueven otros dirigentes peledeístas sin hacha qué afilar en esa
pugnacidad interna.
Mañana sigo con el tema.
Por César Medina ;-
lobarnechea1@hotmail.com
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