México, que envía a EE.UU. el 73% de sus exportaciones, es el país de la
región que enfrenta más riesgos. Pero otras naciones latinoamericanas
también tienen razones de peso para seguir con atención la cuenta de
Twitter en la que el mandatario acostumbra hacer sus anuncios.
El mundo entero está pendiente de entender
cómo lo afecta el enorme cambio de dirección en la política económica
estadounidense que parece estarse anunciando con la llegada al poder de Donald Trump.
Después de todo, Estados Unidos sigue siendo el principal motor de la economía mundial.
Así
que el adagio que asegura que cuando Washington estornuda el resto del
mundo agarra un resfriado sigue teniendo mucho de cierto.
En el contexto latinoamericano,
sin embargo, algunos países tienen menos mecanismos de cobertura que
otros para hacer frente a muchos de los posibles efectos económicos de
la era Trump.
Pero, ¿cuáles son los países de la región más vulnerables a lo que puede pasar en Estados Unidos bajo el nuevo gobierno?
El gran problema de México
En materia comercial, por ejemplo, ningún país latinoamericano es tan dependiente de Estados Unidos como México.
No en balde esa nación envía el 73% de sus exportacionesdonde su vecino en el norte.
México tiene mucho qué perder si Trump lleva a cabo sus amenazas proteccionistas.
El
monto mucho mas abultado que el de naciones centroamericanas como
Guatemala, que le venden a Estados Unidos el 40% de sus productos.
Y
muchísimo mas acentuado que naciones del cono sur como Uruguay, para
quien EE.UU. es apenas destino para el 5% de sus exportaciones.
De
hecho, el mercado interno del Mercosur, y una oferta diversificada de
clientes, como China, hace que varias naciones del Cono Sur no dependan
de manera excesiva de Estados Unidos.
Y
en ese sentido, al menos de manera directa, están menos expuestos a las
amenazas de Trump de poner aranceles a las importaciones para proteger
al empleo local.
La situación de México, en cambio, es particularmente delicada en ese aspecto.
Muchos de sus productos de exportación, como el automotriz, compiten directamente con las fábricas estadounidenses.
Y
Trump está presionando personalmente, incluso via Twitter, a las
grandes empresas multinacionales para que, en vez de exportar desde
México, produzcan desde Estados Unidos.
El
mandatario amenaza además con dejar de lado el Tratado de Libre
Comercio de América del Norte (NAFTA, por sus siglas en inglés) que
desde hace más de dos décadas garantiza el paso libre de aranceles de
los productos entre las dos naciones.
Así
que México tiene mucho qué perder con Trump. Y no es coincidencia que
en el último año la cotización del peso mexicano cayera a medida que el
magnate se iba acercando al poder.
Cuba: a la expectativa
Si
bien ningún otro país de la región tiene un porcentaje tan alto de sus
exportaciones con Estados Unidos, hay otros con economías muy
potencialmente vulnerables al cambio en Washington.
Y Cuba es uno de ellos.
Hay incertidumbre sobre cuál será la política de Washington frente a Cuba.
Una
de las grandes noticias mundiales desde fines de 2014 fue el
acercamiento entre Washington y La Habana después de décadas de
hostilidades.
Y, desde el punto de vista
económico, ese realineamiento diplomático había sido visto como una
tabla de salvación para la nación caribeña.
Efectivamente,
como consecuencia de los problemas financieros de Venezuela -su
principal aliado económico y fuente de petróleo barato- Cuba ha estado
buscando afanosamente otras fuentes de ingresos.
Y se esperaba que. al menos en el mediano plazo, la inversión estadounidense pudiera cumplir ese papel.
Cuba esperaba beneficiarse de la inversión estadounidense.
La
llegada de Trump a la Casa Blanca, sin embargo, ha aumentado la
incertidumbre acerca de lo que será la política estadounidense frente a
Cuba.
Durante la pasada campaña electoral
fue cercano a grupos del exilio cubano que se oponen a las relaciones
con el gobierno actual de la isla.
Y si
Estados Unidos decide acentuar el embargo económico, en vez de aliviarlo
como viene haciéndolo desde 2014, es claro que Cuba tendrá bastante qué
perder durante un gobierno de Donald Trump.
Dolarazo
El impacto económico de Estados Unidos en América Latina se siente de múltiples maneras.
Pero el dólar es el inevitable protagonista.
La política monetaria estadounidense puede tener un impacto muy grande en América Latina.
Así,
una restricción a los migrantes indocumentados y a las remesas en
dólares que estos envían a sus países sería un golpe fuerte para muchos
países.
Esto afectaría duramente a
naciones centroamericanas como Guatemala, Honduras y El Salvador, que
han contado con el mercado laboral estadounidense como una válvula de
escape para el desempleo interno.
Y está, por otro lado, el papel que juega el dólar como divisa predominante en la región.
Algunos
analistas estiman que las anunciadas políticas de Trump, incluyendo un
aumento en el gasto en obras públicas y defensa, junto con una reducción
en los impuestos, provocarán inflación en Estados Unidos.
Eso
podría llevar al banco central independiente de ese país, la Reserva
Federal, a subir las tasas de interés para combatir esa inflación.
Pero
con tasas de interés más altas, se haría más atractivo invertir en
Estados Unidos, lo que podría provocar una estampida de dinero de otros
países hacia el norte, causando a su vez una revaluación del dólar.
Ecuador cambió su moneda nacional por el dólar y es particularmente dependiente de Washington.
Eso
tendría un impacto fuerte para las tres naciones latinoamericanas que
usan el dólar como su moneda nacional:Panamá, El Salvador y Ecuador.
Si el dólar sube, Ecuador, por ejemplo, vería que sus exportaciones se harían más caras para sus clientes.
Mientras que importaciones de países vecinos como Colombia se harían más baratas. Lo que tendría un efecto negativo sobre su manufactura local.
Mientras que importaciones de países vecinos como Colombia se harían más baratas. Lo que tendría un efecto negativo sobre su manufactura local.
Todo esto prueba que las repercusiones de la nueva era Trump en la economía latinoamericana son muchas y muy variadas.
Y eso hace comprensible que la región, al igual que el resto del mundo, esté tan pendiente de la cuenta de Twitter del mandatario estadounidense, pues saben que las decisiones que ahí anuncia pueden tener un efecto muy significativo sobre sus economías.
Y eso hace comprensible que la región, al igual que el resto del mundo, esté tan pendiente de la cuenta de Twitter del mandatario estadounidense, pues saben que las decisiones que ahí anuncia pueden tener un efecto muy significativo sobre sus economías.
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