El proyecto de nación libre e independiente
formulado por Juan Pablo Duarte, y militado consecuentemente por un
puñado de jóvenes, perfló a la nación dominicana.
Concebir la independencia, formar a los hombres y mujeres que estuvieran dispuestos a luchar por ella y salir a organizar las fuerzas de la sociedad, fue una tarea de mucho sacrificio para Duarte y sus compañeros, pero con la que demostraron que cuando se abraza un ideal justo, nada puede detener a los verdaderos patriotas.
Tras el grito de independencia y el disparo inicial que dio comienzo a la sublevación de la parte oriental de la isla de Santo Domingo contra la dominación haitiana, aquel memorable 27 de febrero de 1844, la confrontación tomó el curso de una larga guerra que tuvo resonantes triunfos militares en las batallas del 19 de marzo en Azua y del 30 de marzo en Santiago.
Concebir la independencia, formar a los hombres y mujeres que estuvieran dispuestos a luchar por ella y salir a organizar las fuerzas de la sociedad, fue una tarea de mucho sacrificio para Duarte y sus compañeros, pero con la que demostraron que cuando se abraza un ideal justo, nada puede detener a los verdaderos patriotas.
Tras el grito de independencia y el disparo inicial que dio comienzo a la sublevación de la parte oriental de la isla de Santo Domingo contra la dominación haitiana, aquel memorable 27 de febrero de 1844, la confrontación tomó el curso de una larga guerra que tuvo resonantes triunfos militares en las batallas del 19 de marzo en Azua y del 30 de marzo en Santiago.
Fueron once años de sacrificio, sudor y lágrimas de un pueblo que
renunció en forma definitiva a vivir bajo el pabellón ajeno y que forjó
líderes de inconfundible compromiso patriótico y honor.
Esa lucha elevó por lo alto las fi guras de Francisco del Rosario
Sánchez, Ramón Matías Mella, María Trinidad Sánchez, Antonio Duvergé,
Pedro Santana, Francisco Soñé, Juana Saltitopa y una pléyade de
dominicanos que las nuevas generaciones no pueden olvidar.
Pero como los intereses de clase, grupales y personales hacen
presencia en todos los grandes esfuerzos humanos, hubo independentistas
como Santana que hundieron su sacrificio y bajaron la Bandera Nacional
en 1861 para hacer regresar a la nación a la condición de neo-colonia.
La respuesta no se hizo esperar y primero Sánchez paga con su vida y
la de sus compañeros el intento de recuperar la Independencia, pero
sembrado ese ejemplo los nuevos esfuerzos se empinaron en el “Grito de
Capotillo” de agosto de 1863 que dio inicio a la más cruenta guerra
anticolonial que se coronó con una resonante victoria de los
restauradores, dos años después.
En esa victoria definitiva volvió a estar el hombre del trabucazo,
Ramón Mella, que fue el estratega virtuoso para derrotar a las
aguerridas fuerzas españolas.
En este 173 aniversario del inicio de la lucha por la Independencia,
los dominicanos debemos vibrar de emoción y expresar respeto a Duarte y a
sus ocho compañeros fundadores de La Trinitaria: Juan Isidro Pérez,
Pedro Alejandrino Pina, Félix María Ruiz, Benito González, Juan
Nepomuceno Ravelo, Felipe Alfau, José María Serra y Jacinto de la
Concha.
¡Defendamos la Independencia Nacional en cada acto de nuestra nación!
Tomado del editorial de
de la fecha
Tomado del editorial de
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