
En ocasiones, los pacientes oncológicos en los que,
por ejemplo, las terapias disponibles han fallado, pueden beneficiarse
de su inclusión en ensayos clínicos y acceder así a nuevos tratamientos
en fase de investigación. Sin embargo, la falta de comunicación o el
desconocimiento conlleva el que muchos se queden fuera. Para mejorar el
reclutamiento, coinciden los expertos, hay que promover la interacción
entre los pacientes y sus médicos. Según el doctor George Demetri,
director del Centro para el Sarcoma y el Cáncer de Hueso del Instituto
del Cáncer Dana-Farber de Boston, “los pacientes deben tener acceso a la
opinión de los expertos acerca de cuáles son los mejores ensayos para
su enfermedad”. En su opinión, “no debería ser mucho más fácil encontrar
el mejor ensayo clínico en ‘Dr. Google’ de lo que lo es encontrar los
mejores restaurantes chinos”.
Inmunoterapia: la promesa a diez años
Entre las terapias que actualmente generan más
expectativas en cáncer se encuentra la inmunoterapia celular y, dentro
de ella, la terapia CAR, elegida en este Foro Mundial de la Innovación
Médica como la tecnología más prometedora de la próxima década. Los CARs
son proteínas que permiten a ciertas células inmunes, llamadas células
T, reconocer un objetivo específico en las células tumorales. Se trata
de una terapia individualizada todavía en fase de desarrollo que busca
estimular el propio sistema inmune del paciente para que sea este el que
luche contra ciertos tipos de cáncer. La técnica consiste en extraer
células T del propio paciente que son reprogramadas en el laboratorio y
administradas de nuevo a este para que una vez en el cuerpo reconozcan y
ataquen las células tumorales e incluso recluten a otras células del
sistema inmune para que se unan a la lucha.
En esta línea consiste precisamente la colaboración
entre el Instituto de Investigación Básica de Novartis en Boston y la
Universidad de Pensilvania, en un proyecto pionero a nivel mundial que
lidera el doctor Carl June y del que se prevé surjan nuevos tratamientos
en el futuro.
Para la doctora Marcela Maus, directora de
inmunoterapia celular en el Hospital General de Massachusetts, “esta
tecnología tiene el potencial de convertirse en una terapia de primera
línea en el manejo del cáncer”. De hecho, y aunque todavía en fase de
desarrollo temprano, ha obtenido resultados sin precedentes en algunas
poblaciones de pacientes que habían dejado de responder a otros
tratamientos. No obstante, todavía hay que superar algunos obstáculos
porque si bien ha demostrado eficacia en tumores hematológicos, sigue
siendo poco efectiva en los sólidos. Las investigaciones se dirigen
también a la combinación de este tipo de tratamiento con otras
inmunoterapias como los inhibidores de la PD-1 y los fármacos
anti-CTLA4.
Hacia la cronicidad del cáncer
Durante la sesión dedicada a terapias curativas, se
planteó el interrogante acerca de cuándo el cáncer se convertiría en una
enfermedad crónica. La mayoría de los ponentes, entre los que se
encontraban los doctores Betsy Navel, presidente del Hospital de Brigham
y de Mujeres de Boston; Gary Reedy, director ejecutivo de la Sociedad
Americana del Cancer, o Peter Slavin, presidente del Hospital General de
Massachusetts, coincidieron en que podríamos estar hablando del cáncer
como enfermedad crónica dentro de diez años, aunque hubo quien apuntó
que para algunos pacientes esto era ya una realidad.
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