El presidente Danilo Medina está comprobando, con sus propios ojos,
el desalentador estado de deforestación en que se encuentran las áreas
adyacentes a las cuencas donde el país almacena sus reservas de agua,
menguadas por la muerte de ríos y las frecuentes sequías que se derivan
del cambio climático.
Su más reciente encuentro con esta verdad se produjo el domingo en
Sabana Yegua, y la contemplación del desastre fue tan impactante que
dispuso de inmediato un masivo plan de siembras de árboles maderables,
pinos, aguacate y café, buscando frenar su degradación.
Desde su helicóptero ha podido divisar mejor la extensión de las
áreas afectadas por el conuquismo, el cambio irracional de cultivos que
suplantan árboles que dan sombras, frutos y nutrientes para la tierra,
el corte de especies para producir carbón y los lechos secos y
empedrados de los ríos que antes brotaban de esas cimas.
De seguro que también ha visto las presas nutridas de agua
almacenada; pero que nadie se llame a engaño, pues esas presas están
altamente sedimentadas y han perdido su capacidad de volumen, en algunos
casos hasta del 50 por ciento. Es decir, que podrían verse casi
colmadas de agua, pero no de toda el agua que al principio acumulaban.
Y esa sedimentación es el producto combinado de la deforestación y de
la consiguiente pérdida de la capa vegetal de la tierra. Si no hay
árboles que protejan y amortigüen la caída de las lluvias, la tierra se
desliza hacia las cuencas y las sedimenta.
Perdemos por partida doble: perdemos la fertilidad de las tierras;
perdemos la capacidad de las presas para almacenar agua, que serviría
para el consumo humano; el riego y la generación eléctrica, y perdemos
los árboles.
Y así, en esa espeluznante cadena de degradaciones, el país también
pierde, pues, se enajena de los recursos naturales más valiosos para la
vida, un proceso que se ha venido dando, sin frenos y a la vista, la
desidia y la tolerancia de los abusos de los depredadores por parte de
los que han tenido la responsabilidad de cuidar el medio ambiente de
tales amenazas.
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