TAPA AL POMO.- El presidente de la Junta
Central Electoral acaba de poner tapa al pomo de la reelección al
revelar o recordar lo que no se sabía o se tenía en el olvido. La
reelección no es cosa de encuestas, o de recursos, o de seguidores, o de
adelantar campaña. Las condiciones no se dan como planta silvestre, ni
caen del cielo como auxilio divino. Hay que crearlas, y no basta el
entusiasmo, o el tesón, o la determinación. En fin: la voluntad. El
medio único y apropiado en las actuales circunstancias es un paquete de
leyes en las que al parecer no se había pensado. Dije que los
reeleccionistas eran amateurs, ahora se comprueba que, igual, malos
estudiantes.
No hicieron la tarea, ni tienen profesores adecuados.
César Pina Toribio no dijo lo que dijo de la manera que fue publicada,
pero ñde verdadñ el tiempo es un factor decisivo. Cinco leyes y una
consulta de por medio obliga a dejarlo todo y dedicarse solo a imponer
la reelección, derrumbando de paso el castillo de arena construido en
playa ajena. Los quinientos u ochocientos millones que calcula Roberto
Rosario que se gastaría en el referendo, no sería problema. El ahorro
de Petrocaribe permite eso y más...
¡CANASTO! .- Llama la
atención que Rosario tenga en la mano el canasto del PLD y le metas
punto tras punto, como si quisiera ganarle un juego. Primero reintroduce
el proyecto de Ley de Partidos y hace un alerta sobre la calidad de las
próximas elecciones, que se saben serán complejas. Y ahora declara
sobre los requisitos a llenar previo a cualquier intento de modificar la
Constitución y restablecer la reelección. Una va contra Fernández, de
quien se dice tiene dominio en las dos cámaras legislativas, y la otra
contra Medina, cuyos íntimos políticos quisieran verlo de nuevo en la
boleta. Como en la política dominicana nada es casual y las
coincidencias, siempre, forzadas, la intriga se impone. El presidente de
la Junta Central Electoral provoca un doble debate, y en ambos
escenarios los peledeístas tienen más que perder que ganar. La
reelección, por ejemplo, debe recogerse, o empezar de nuevo, y hacerlo
de acuerdo al librito. No es lanzar masas a las calles, sino hacer
trabajo de gabinete. Las leyes no se formulan en los parques...
EL CONSULTOR.-
Al hablar del tiempo, de seguro que Pina Toribio tuvo en mente estas
situaciones que ahora Roberto Rosario suscita o pone sobre el tapete, y
de las cuales nadie hablaba. Ni reeleccionistas, ni
antirreeleccionistas. No debe olvidarse que Pina Toribio, además de
abogado, es consultor jurídico del poder Ejecutivo y delegado político
ante la Junta Central Electoral. Se mueve en sus aguas y todo suyo el
ámbito legal. El mayor interés, dígase lo que se diga, se halla en el
Palacio Nacional, y si de allí partiera la iniciativa, a Pina Toribio
por lo menos se le consultaría. Ahora, otra inquietud, y sobre todo muy
válida: ¿Conversaría Rosario estas cosas con los presidentes del partido
y de la República? Esto es, con Fernández y Medina. Dirán que no era
procedente y sacarán a relucir la independencia del organismo, pues
todavía hay gente que cree que el sol se tapa con un dedo. Al contrario,
nobleza obliga. Y todavía más. Tenía que asegurarse de que el proyecto
de Ley de Partidos, su proyecto, no volviera a caerse...
LAS SEÑAS.-
Algo hubo, fuera de manera directa o por interpósita personal, pues de
otro modo no se explica la reacción tan rápida del PLD al alerta de la
Junta Central Electoral. La reunión de los diputados no fue con el pleno
del Comité Político, pero sí con el presidente del partido, y con su
secretario general, y el responsable de la tarea, Rafael Alburquerque.
¿Cómo es que los CP, que no se veían la cara desde hace tiempo, buscaron
espacio en sus agendas para este encuentro? La convocatoria a los
diputados, ni la decisión de proceder en la próxima legislatura, tuvo
que ver con el llamado del presidente del PRD, ni con las declaraciones
del presidente del Conep. Más que obvio que hubo señas entre pitcher y
cátcher, y no solo señas, sino que se pusieron de acuerdo en el
lanzamiento. Nada de wild pitch, ni bola alta o baja. Sencillamente por
el medio y de strike. El consenso, por tanto, no será entre los
partidos, como se supone, sino entre JCE y PLD, pues los sectores
políticos hace mucho que hablaron y nada se logró que no fuera congelar
los proyectos...
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