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domingo, enero 11, 2015

Pedro: la voluntad como droga

Pedro Martínez al inicio de su
carrera con los Dodgers de
los Ángeles
El ingreso de Pedro Martínez al altar de los grandes del béisbol de los Estados Unidos. Es un lauro personal del que todos los dominicanos nos hacemos dueños. Este logro debe ser exaltado por los maestros de todos los niveles; por los promotores del crecimiento humano y  los que buscan un referente para orientarse en la vida.
El gran mérito de Pedro Martínez va más allá de su nicho en la Galería del Salón de la Fama en la villa  de Cooperstown. Tiene que ver su hazaña con la decisión, con el  poder de  la voluntad.
Este atleta, pequeño para los usos de este mundo del más grande, más fuerte, más rápido, no se dejó amilanar por la discriminación de los managers y gerentes de equipos que lo miraban como un alfeñique bueno para nada. Su deseo de triunfar, su voluntad se impuso,  y hoy recibe un abrazo mayor que 48 mil kilómetros de los dominicanos y también de los bostonianos que lo tienen como uno de los suyos.
Pedro Martínez es un referente. No sólo para el béisbol. Así debe ser visto. Fue un lanzador decidido, inteligente y hábil. Cuando estaba asignado para trabajar, se sumergía en su papel,  se concentraba en su trabajo. Subía a la cima del diamante con la decisión de abatir a sus adversarios sin importar el poder ni la estatura que tuvieran.
El dominio de la concentración, algo vital para todos los deportes. Esa fue su arma secreta.
Hoy será recibido este héroe deportivo nacional. El país debe estar presente no sólo por su ingreso al Salón de la Fama sino por todo lo que significa que un humilde y delgaducho joven, de una zona marginada, se haya alzado sobre su misma adversidad para imponerse con letras doradas.
Pedro Martínez no sólo fue un atleta destacado, también un hombre de dignidad y orgulloso de su origen. Muchas veces sus pronunciamientos rozaron lo delicado para un negocio que es dirigido fríamente como es el béisbol, donde son los resultados los que mandan y no los sentimientos.
Él  significa mucho para la educación nacional por su dedicación y su vida decente. Triunfó en un momento en que el béisbol se deprimía y los manejadores de los atletas los incitaban al uso de esteroides para buscar hazañas. Pedro las logró sin estimulantes.
Huelgan los numeritos. 
 Por Alfredo Freites ;-
alfredofreitesc@gmail.com

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