EFICIENCIA.- No debe sorprender que las
autoridades dominicanas hayan apresado a los fugados de una cárcel
haitiana, pues desde que reciben el alerta hacen el trabajo, y lo hacen
bien. Los delincuentes de diferentes países del mundo han creído que
República Dominicana no solo es bueno como destino turístico, sino que
puede convertirse en un santuario de criminales. Y sin embargo, el
resultado dice lo contrario.
Sea Interpol, Policía Nacional, DNI y ahora Ejército Nacional, apresan y traducen a las instancias de lugar a los equivocados. Ahora fueron haitianos, como antes italianos, franceses, alemanes, españoles, etc. No obstante, en este caso llama la atención otro hecho singular: fueron detenidos porque estaban en territorio nacional, de este lado de la isla. ¿Cómo llegaron, cómo cruzaron la frontera, cómo se establecieron en comunidades cercanas, y se supone que el resto pudo, incluso, haber llegado a ciudades grandes, entre ellas la Capital? La información que se conoce queda coja si no se averigua o da cuenta del paso de tanta gente que por la ropa, y no por la maleta, se sabía era mala...
LOS CÓMPLICES.- No conozco los planes de los fugados, pero no hay que ser muy inteligente para darse cuenta de que así como prepararon la salida de la cárcel, también su establecimiento fuera. Y era fácil saber que no podían quedarse en territorio haitiano, y que República Dominicana era un destino lógico y posible. De manera que dominicanos, civiles o uniformados, fueron parte de la maquinación. Conviene, pues, no dejar las cosas a medias. Y así como hubo colaboración pronta y eficaz para entregar los reos, esa colaboración pronta y eficaz debe mantenerse, y en los interrogatorios se incluyan preguntas de cómo llegaron al país y quiénes fueron sus cómplices. El dato es importante, pues al principal se acusa de secuestro, pero allá se le tiene como preso político, como una joya a cuidar por sectores de poder. Las conspiraciones haitianas, sean de éxito o de fracaso, siempre tienen un pie en República Dominicana. Como también las dominicanas. ¿De dónde salieron los patriotas que dieron el Grito de Capotillo?
LAS ARMAS.- La prensa dominicana resalta el papel de miembros del Ejército en el operativo de apresamiento de los fugados de la cárcel de Haití, pero los medios haitianos dan crédito a la policía de su país. Y las autoridades haitianas se creen el cuento a su manera, pues que se sepa no han entregado los 25 mil dólares ofrecidos en recompensa, que sin dudas deberían ir a manos de guardias dominicanos. Ahora, hay otras inquietudes que no debieran pasarse por alto. El escape no fue por descuido, ni solo abrir un portón y que salgan todos los que quieran, sino verdadera acción de película. Fue llevado a cabo por un comando armado, y por la eficiencia demostrada, integrada por profesionales. ¿Dónde está esa gente, dónde están esas armas? ¿Delincuentes bien armados en territorio nacional? El hecho no es para cantar victoria y conseguir titulares de primera página por la detención de uno o de otro. Los fugados se acompañan de otros sujetos, y si se cuentan unos y se agregan más, se trata de un verdadero ejército. Incluso de soldados durmientes...
RÁPIDO.- Esa tarea debe ser acometida rápidamente, pues el hecho se produce en un momento verdaderamente delicado. Los haitianos, con un comando armado a su disposición, podrían cambiar de ánimo, y no ser tan sumisos en relación al proceso de regularización y naturalización. Las autoridades no se deben confiar y menos descuidarse, pues los haitianos tienen sus planes, y hay dispuestos a actuar como tropas, de que lo que no se pueda por las buenas, que se logre por las malas. En tanto a final de mes, posiblemente el día 27, se realizará en Puerto Príncipe un nuevo encuentro entre dominicanos y haitianos, pero no de las comisiones oficiales, sino de empresarios interesados en invertir en la vecina nación. Los haitianos quieren producir ellos mismos, o por lo menos en su territorio, como forma de depender cada vez menos del comercio exterior, y hay dominicanos que tienen los recursos y la experiencia. Sería una asociación provechosa ante las necedades de las propias autoridades haitianas que ponen pero a todo y que dejan de lado lo sutil para hacer burdo chantaje...
Sea Interpol, Policía Nacional, DNI y ahora Ejército Nacional, apresan y traducen a las instancias de lugar a los equivocados. Ahora fueron haitianos, como antes italianos, franceses, alemanes, españoles, etc. No obstante, en este caso llama la atención otro hecho singular: fueron detenidos porque estaban en territorio nacional, de este lado de la isla. ¿Cómo llegaron, cómo cruzaron la frontera, cómo se establecieron en comunidades cercanas, y se supone que el resto pudo, incluso, haber llegado a ciudades grandes, entre ellas la Capital? La información que se conoce queda coja si no se averigua o da cuenta del paso de tanta gente que por la ropa, y no por la maleta, se sabía era mala...
LOS CÓMPLICES.- No conozco los planes de los fugados, pero no hay que ser muy inteligente para darse cuenta de que así como prepararon la salida de la cárcel, también su establecimiento fuera. Y era fácil saber que no podían quedarse en territorio haitiano, y que República Dominicana era un destino lógico y posible. De manera que dominicanos, civiles o uniformados, fueron parte de la maquinación. Conviene, pues, no dejar las cosas a medias. Y así como hubo colaboración pronta y eficaz para entregar los reos, esa colaboración pronta y eficaz debe mantenerse, y en los interrogatorios se incluyan preguntas de cómo llegaron al país y quiénes fueron sus cómplices. El dato es importante, pues al principal se acusa de secuestro, pero allá se le tiene como preso político, como una joya a cuidar por sectores de poder. Las conspiraciones haitianas, sean de éxito o de fracaso, siempre tienen un pie en República Dominicana. Como también las dominicanas. ¿De dónde salieron los patriotas que dieron el Grito de Capotillo?
LAS ARMAS.- La prensa dominicana resalta el papel de miembros del Ejército en el operativo de apresamiento de los fugados de la cárcel de Haití, pero los medios haitianos dan crédito a la policía de su país. Y las autoridades haitianas se creen el cuento a su manera, pues que se sepa no han entregado los 25 mil dólares ofrecidos en recompensa, que sin dudas deberían ir a manos de guardias dominicanos. Ahora, hay otras inquietudes que no debieran pasarse por alto. El escape no fue por descuido, ni solo abrir un portón y que salgan todos los que quieran, sino verdadera acción de película. Fue llevado a cabo por un comando armado, y por la eficiencia demostrada, integrada por profesionales. ¿Dónde está esa gente, dónde están esas armas? ¿Delincuentes bien armados en territorio nacional? El hecho no es para cantar victoria y conseguir titulares de primera página por la detención de uno o de otro. Los fugados se acompañan de otros sujetos, y si se cuentan unos y se agregan más, se trata de un verdadero ejército. Incluso de soldados durmientes...
RÁPIDO.- Esa tarea debe ser acometida rápidamente, pues el hecho se produce en un momento verdaderamente delicado. Los haitianos, con un comando armado a su disposición, podrían cambiar de ánimo, y no ser tan sumisos en relación al proceso de regularización y naturalización. Las autoridades no se deben confiar y menos descuidarse, pues los haitianos tienen sus planes, y hay dispuestos a actuar como tropas, de que lo que no se pueda por las buenas, que se logre por las malas. En tanto a final de mes, posiblemente el día 27, se realizará en Puerto Príncipe un nuevo encuentro entre dominicanos y haitianos, pero no de las comisiones oficiales, sino de empresarios interesados en invertir en la vecina nación. Los haitianos quieren producir ellos mismos, o por lo menos en su territorio, como forma de depender cada vez menos del comercio exterior, y hay dominicanos que tienen los recursos y la experiencia. Sería una asociación provechosa ante las necedades de las propias autoridades haitianas que ponen pero a todo y que dejan de lado lo sutil para hacer burdo chantaje...
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