Es justo decirlo: no todos los
leonelistas quieren la guerra con Danilo, y viceversaÖ Pero en uno y
otros bandos hay intereses que dinamitan sin cesar esa vieja relación
personal y el compañerismo partidario que pasa ya de las cuatro décadas.
Por
momentos la vieja amistad se ha erosionado, se ha cortado la
comunicación, se han agrietado los afectosÖ Pero nadie ha podido jamás
--a pesar de todos los esfuerzos--, romper los vínculos afectivos y la
dependencia política que los une por encima de las transitoriedades del
poder y de los intereses partidarios.
Leonel y Danilo han
dependido uno del otro para ser presidentesÖ Y eso no lo puede borrar
nadie de la historia política dominicana. Entre los dos van camino a
agotar cuatro períodos de gobierno, en todos los cuales se han
necesitado recíprocamente.
Leonel jamás habría sido ni siquiera
candidato vicepresidencial en 2004 --catapulta para saltar al poder dos
años más tarde--, de no haber sido por el empujón que le dio Danilo, que
llegó incluso a cederle su espacio en el escalafón político peledeístaÖ
Pero
Danilo jamás habría ganado las elecciones de 2012 a no ser porque
Leonel metió todo el brazo --el propio y el del gobierno, y su mujer
Margarita asumió la Vice--, para hacer posible que el PLD conservara el
poder descontando una ventaja opositora de más de 30 puntos
porcentuales, un año antes de los comicios.
Este secretismo infame...
Desgraciadamente los periodistas que acceden a información privilegiada tienen que guardarse las ganas de decir la gran mayoría de las cosas que saben por discrecionalidad ética. En mi caso se ha sumado en los últimos 10 años la discrecionalidad diplomática que obliga el cargo.
Desgraciadamente los periodistas que acceden a información privilegiada tienen que guardarse las ganas de decir la gran mayoría de las cosas que saben por discrecionalidad ética. En mi caso se ha sumado en los últimos 10 años la discrecionalidad diplomática que obliga el cargo.
Cuando el
senador peledeísta, José Rafael Vargas dijo públicamente que Leonel
Fernández no dijo lo que sí dijo sobre Danilo Medina y la posibilidad de
su reelección, ni siquiera puede imaginarse el daño político que le
provocó a su líder y la forma en que alejó el distendimiento partidario
que coyunturalmente beneficia al expresidente.
Porque dejó en
instancias de poder la creencia de que el “desmentido” provino del
propio Leonel cuando la realidad era otra. El expresidente no dijo en
España nada que no hubiera dicho antes en correspondencia con su
posición sobre lo que a su juicio es el sistema de gobierno ideal.
Pero
en su entorno se impuso la actitud huraña y poco inteligente de los
grupos más sectarios que consideraron con torpeza que se le abría la
puerta a la reelecciónÖ Sin pensar siquiera que tanto Leonel como el
propio Danilo siempre han tenido claro que en la coyuntura actual esa
posibilidad es prácticamente imposible.
Efectos inmediatos...
Los efectos del “desmentido” de Varguitas no se percibieron de inmediato porque no era yo el depositario exclusivo de la estrategia de Leonel. En el gobierno de Danilo se conocía cuál era la actitud del presidente del partido y las razones que lo motivaban.
Los efectos del “desmentido” de Varguitas no se percibieron de inmediato porque no era yo el depositario exclusivo de la estrategia de Leonel. En el gobierno de Danilo se conocía cuál era la actitud del presidente del partido y las razones que lo motivaban.
En la periferia del
gobierno, sin embargo, la reacción del danilismo fue de desaliento
porque habían valorado la actitud desprendida del expresidente y como
reacción lógica cesaba la hostilidad interna.
En la intimidad de
Leonel las cosas resultaron distintasÖ Lo que se proyectó como
estrategia inteligente la revirtió la ínfula protagónica de gente que ni
siquiera es capaz de liderar el núcleo periodístico del proyecto
político al que pertenece.
Aún así, Danilo y Leonel lograron un acercamiento real...
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