A dos años

Por Luis Encarnación Pimentel;-

Al arribar al segundo año de gobierno, el presidente Danilo Medina puede darse por satisfecho por la alta calificación que la mayoría del pueblo le ha dado hasta el día de hoy  a su desempeño. 

Con un estilo sencillo que conecta con la gente, con una visión desarrollista y de combate a la pobreza rural, Medina ha logrado avances importantes en sectores vitales como el educativo y el agropecuario.
Y aun cuando siga  siendo tarea pendiente el compromiso-recto de campaña “ya no de perfeccionar, sino de transformar el modelo de desarrollo”, no hay dudas que el mandatario (ayudado por las manos diestras que han manejado el tema desde el Banco Central) se ha anotado un gran tanto, y al país se le ha evitado muchos problemas, solo con lograr mantener la estabilidad macroeconómica, un factor primordial para el clima de confianza de los distintos agentes económicos y para el buen desempeño de la economía en sentido general. 

Danilo -y debe cuidarse, y estar advertido, del declive que caracteriza a los gobiernos a partir del segundo añoñ debe apurar el paso en los dos años finales que entran mañana en cuenta regresiva, para resolver el déficit que todavía se observa en materia de seguridad ciudadana, pese a todos el esfuerzo e inversión; en salud y en el sector eléctrico, cuya iniciativa de construir dos plantas a carbón como solución inicial los intereses se la quieren boicotear. 

Pese a la popularidad, Medina no debe distraerse con halagos o amagos que le quieran desviar de su responsabilidad programática e institucional. Por el mismo hecho de que por ahí viene un año político, que piense el gobierno que también se aproximan las valoraciones y los ataques de la oposición (y no con flores), así como las demandas y reclamos de distintos sectores sociales, muchas veces atizados o inducidos por intereses diversos, y que el gobierno, con pocos recursos en sus arcas, tendría poca capacidad de respuesta. 

En cuanto a expectativas de cambios (puede que haya “bueyes que ya luzcan cansados”, pero jugaron su papel en el triunfo del hoy Presidente), que no les dé sorpresa si Monchi Fadul, de Interior y Policía, cae en Turismo, su vieja aspiración; si Medina saca de la manga la ficha de Donald Guerrero, de origen ocoeño, como Canciller de la República, y si en lugar de Rafael Camilo lleva a Gabriel Castro González, actual titular de Valores, a la Superintendecia de Bancos.