La salida de Reinaldo Pared Pérez modifica el panorama de la carrera por
la nominación presidencial del Partido de la Liberación Dominicana para
los comicios de 2016, dadas las condiciones tan especiales del
secretario general peledeista y presidente del Senado de la República.
Reinaldo es de los líderes del relevo de mayor condición política y
profesional y de los más preparados para ejercer la Presidencia de la
República.
Ha ocupado algunos de los principales cargos electivos y las más altas
posiciones como dirigente del PLD. Fue regidor y diputado ---ambas veces
vocero de su bancada--- y desde el 2006 es senador del Distrito
Nacional y presidente del Senado, institución que ha liderado con
eficiencia y transparencia.
Fue durante muchos años delegado del PLD en la JCE y desde hace más de
una década es secretario general de su partido. Y a pesar de la
maliciosa campaña que le quieren montar, la muestra de que ha cumplido
cabalmente con sus responsabilidades partidarias está en que desde que
ocupa esa posición su partido ha ganado todas las elecciones a las que
ha concurrido.
A esas condiciones hay que añadir la impresionante maquinaria que mostró
el día del anuncio formal de su aspiración presidencial. Doce senadores
y decenas de diputados y alcaldes que representan buena parte del
liderazgo nacional, regional y local del PLD constituyen una fuerza que
lo colocan en una inmejorable posición de partida para la carrera que
apenas inicia.
A todo eso se adiciona el mensaje que envían las figuras que le
acompañan: Los principales dirigentes de la corriente danilista, la
columna vertebral del proyecto político que sostuvo sus aspiraciones
presidenciales y los más allegados en términos políticos y personales al
mandatario.
Como ha de suponerse en atención a la prudencia y al tacto político,
Danilo Medina no debe decantarse a favor de ningún aspirante
presidencial.
Hacerlo sería un error, ya que el Presidente está llamado a ser ente de
equilibrio y garantía del proceso interno como lo fue Leonel en el 2009 y
en el 2011.
Pero la gente muy sabiamente siempre lo ha dicho con este refrán: “Lo que está a la vista no necesita espejuelos”.
Y es natural que de mantenerse la imposibilidad de una repostulación del
Presidente, la mayor parte de su corriente se nuclee en torno a algún
proyecto presidencial.
Y todo parece indicar que será el de Reinaldo.
Ahí surge una de las modificaciones más importantes del panorama interno
peledeista. Ya que si bien se da por descontada la participación del ex
presidente Fernández en ese proceso y hay evidencias de que sus equipos
están comenzando a trabajar, tampoco es descartable que la conformación
de una opción con posibilidades, que articule la mayoría de las fuerzas
que se impusieron en las elección del Congreso Norge Botello, provoque
al menos la reconsideración y la profunda ponderación de Leonel antes de
procurarse la candidatura….
Sobre todo si los números, que ahora le desfavorecen, continúan con esa tendencia durante los próximos diez o doce meses.
Porque a diferencia de algunos acólitos que le rodean, Leonel no es un
hombre de ambiciones desmedidas y como hombre inteligente sabe que es el
único que tiene mucho que perder.
Por tanto, es el más llamado a ponderar si debe arriesgar su liderazgo
en un proceso en el cual no tenga absolutas garantías no sólo de un
triunfo interno que al día de hoy se daría por descontado, sino de una
victoria electoral en el 2016 que en virtud de los números actuales se
le plantea un poco más difícil.
Y si Leonel no se presenta… ¿Quién entonces podría heredar o recomponer
parte de sus fuerzas? Lo lógico e inteligente fuera que el propio
Presidente Fernández impulsara una repostulación de Danilo.
Pero hasta ahora no se vislumbra ninguna señal en ese sentido…Ni en una dirección ni en otra.
Temístocles Montás tiene méritos de sobra, pero entre él y Fernández han
surgido antagonismos que hacen imposible esa opción. Y Margarita, que
goza de aceptación en la sociedad ---aunque esa simpatía no
necesariamente se traduce en intención de votos--- se presenta como una
opción difícil para Leonel que conoce las consecuencias que tendría para
su liderazgo un apoyo abierto a su esposa.
En esa disyuntiva surge el nombre de Francisco Javier, quien sería la
opción natural a partir no sólo de sus condiciones y méritos
partidarios, sino también porque constituiría un acto de justicia para
un hombre que se la ha jugado en todos los escenarios por su partido y
de forma particular por Leonel Fernández.
Es el escenario para que la lucha por la candidatura peledeista se defina entre Reinaldo y Francisco Javier.
Por eso es importante que entre ellos dos se mantenga un debate de
altura y respeto, evitando los golpes bajos. Que no se atropellen, que
no hagan denuncias temerarias, que no se desconsideren o permitan que
personas de su entorno lo hagan.
Que tengan presenta que tan malas son las cancelaciones o las presiones
sobre dirigentes para que apoyen a uno u otro candidato como las
campañas soterradas para desacreditar a contrincantes coyunturales.
En especial porque aún en el caso de que el escenario de 2016 no resulte
favorable para ninguno de los dos, Francisco Javier y Reinaldo Pared
están llamados a emerger como los liderazgos alternativos a la hegemonía
de Leonel y Danilo.
Por Óscar Medina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario