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lunes, septiembre 23, 2013

Sicario muerto estaba en medio de disputa de bandas de narcos

Juan Félix Cordero Febles (Copelín)
La Policía le atribuye estar vinculado al asesinato por encargo de unas cincuenta personas  
Llegó a convertirse en uno de los principales gatilleros de grupos de narcotraficantes de la región Este del país
Santo Domingo;-A la Policía Nacional le fue relativamente fácil identificar a la tercera víctima del triple asesinato ocurrido la semana pasada en San Cristóbal, pues sus huellas dactilares ya estaban registradas por múltiples casos de asesinatos de personas vinculadas al narcotráfico.
Sin embargo, el nombre no dejó de sorprender al jefe de la Policía, mayor general Manuel Castro Castillo, pues  se trataba de un prófugo al que él conocía. Cuando el hoy máximo ejecutivo policial era comandante en La Romana, ese hombre se había convertido en uno de los principales criminales de la región.
Juan Félix Cordero Febles (Copelín) era buscado por las autoridades acusado de ser el cabecilla de una banda de sicarios al servicio de al menos dos grupos de narcotraficantes enquistados en la región Este.
“Niño Pata Corta”
Se le acusó de haber traicionado a su antiguo jefe, Alfredo Rodríguez (Niño Pata Corta) para que una banda rival lo asesinara en marzo de 2010, imputación que negó reiteradamente.
Alfredo Rodríguez era señalado como  una de las principales figuras dominicanas del narcotráfico en la región Este. Fue asesinado junto a un amigo suyo, Juan Arturo Donastorg, al recibir una lluvia de balas mientras transitaban por el Batey 16, de la comunidad de Yaguate. Cordero Febles era guardaespaldas de Rodríguez e iba en la parte trasera del vehículo, pero escapó “milagrosamente” sin ningún rasguño.
A partir de ese momento   el hoy occiso se colocó en el radar de las autoridades, en especial del Ministerio Público de La Romana, pues su nombre se vincula una y otra vez a casos de asesinatos con el sello de sicarios.
Cordero Febles se sentía tan cercado por el Ministerio Público que, según el testimonio de uno de sus cómplices apresados en abril pasado, habría ordenado asesinar a un familiar del fiscal de La Romana, José Antonio Polanco Ramírez, hecho que no se materializó porque  al que le encomendaron la misión se arrepintió.
Criminal sangriento
El historial delictivo atribuido a quien junto a otro de sus socios prófugos era considerado como uno de los más sangrientos sicarios de la región Este, era muy conocido por el hoy jefe policial Castro Castillo, pues le tocó desmantelar el grupo criminal que encabezaba Cordero Febles, a quien no pudo arrestar.
En abril pasado Castro Castillo anunciaba  en La Romana la existencia de esa banda a la cual llegó tras el ametrallamiento de dos hombres en el car wash  Cutón.
En esa ocasión arrestaron a  Jorge Alexander Mota (alias Mayobanex), Edgar  Rijo Astacio (Kiko), Fraín Febles Mercedes (Primate), Francisco Antonio Díaz  y Alexander Fulgencio (Alex).  Fueron declarados prófugos Cordero Febles y Salomón Eusebio Rosario (Piki).
“Copelín” era apenas una pieza de una sangrienta guerra que desde hace más de cinco años se lleva a cabo en La Romana entre grupos de narcotraficantes que se adversan, de los cuales ya han ido saliendo del escenario el asesinado Alfredo Rodríguez (Niño Pata Corta) y el extraditado Antonio del Rosario Puente (Toño Leña).
El conflicto no se ha detenido. Ahora  lo  escenifican las dos figuras que se disputan el control del imperio descabezado tras la extradición de “Toño Leña”.
“Copelín” se ganó la confianza de “Toño Leña” y “Niño Pata Corta” cuando éste raptó y ejecutó a José Rafael Febles Rodríguez (Jikiú), quien supuestamente había sido contratado por un narco rival para eliminarlos a ellos.
El 20 de octubre de 2009 fue encontrado quemado el cuerpo de Febles Rodríguez  con signos de tortura en un cañaveral.
Luego de la muerte de “Niño Pata Corta” y la extradición de “Toño Leña”  las autoridades afirman que “Copelín” estaba en una especie de “agencia libre” y trabajaba para cualquiera que lo contratara, lo que pudo haber empezado a marcar su fin.
Era una ficha importante del crimen organizado y de los remanentes de las bandas que fueron decabezadas entre 2009 y 2012, vinculado a la mayoría de las estructuras de narcotraficantes dominicanos.
Su cuerpo fue encontrado junto a  los cadáveres del sargento Luis Méndez Sepúlveda y el chofer Abraham de los Santos Rodríguez, en  San Cristóbal.
A la banda de “Copelín” también se le atribuye matar a Junior Guerrero Torres, un deportado  que alegadamente trabajaba para el grupo, pero que tuvo problemas “pasionales” con uno de los cabecillas.
También se le atribuyen las muertes de Ramón Antonio Herrara y Héctor Bienvenido Castillo en julio de 2011, en el centro cervecero D’Momón Súper Fría.
A ese misma banda se le imputa la muerte de Félix Francisco de Jesús Rosario el 27 de septiembre de 2009, a quien sacaron de la discoteca Marinelly para ejecutarlo, acción que habría sido observada accidentalmente por Cecilio   de Aza Núñez, a quien   secuestraron y luego asesinaron.
La banda también fue investigada por el asesinato de Amador Cabrera Sánchez, y Carlos Jiménez Silvestre. Durante el hecho, ocurrido en el patio del  Club Gallístico Santo Cruz de Gato, en la sección Benerito de Higüey, resultó herido Julián Rijo Rijo.
Por este caso también fueron arrestados e investigados  cabecillas de grupos rivales a la organización criminal a la que pertenecían los dos occisos, pero luego fueron dejados en libertad.
Mensaje sangriento del crimen organizado
A Juan Febles Cordero  “Copelín”  se le atribuye haber asesinado a más de  50 personas por encargo.
 “Copelín”  era la cabeza de una poderosa banda de sicarios  al servicio del presunto narcotraficante Salomón Eusebio Rosario “Ricky”. No obstante, también ofrecía sus servicios a    diferentes carteles de drogas en  la región Este del país,  en especial La Romana.
  El presunto sicario  habría sido asesinado por una estructura criminal compuesta por colombianos y dominicanos que opera en elsur del país.
El asesinato de “Copetín” sería un mensaje de amenaza que esta red les envió a los carteles de  droga del este, una práctica utilizada por narcotraficantes  de México y Colombia.
  Las autoridades no descartan que la muerte del presunto sicario tenga  relación con el grupo que operaba el  laboratorio de cocaína  desmantelado por la Policía en Sabana Toro, San Cristóbal,  vinculado a la red criminal   de   José Calderón Rijo “La Araña”.

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