West,EEUU.EFE;-La localidad de
West vivió hoy la amenaza de una nueva explosión apenas tres días
después de que la planta de fertilizantes West Fertilizer saltara por
los aires y dejara 14 muertos y 200 heridos, según el testimonio de un
vecino que fue evacuado por la policía.
El incidente, que resultó una falsa alarma, ocurrió en torno al mediodía de hoy (17.00 GMT).
Ron Price, el testigo que relató los hechos a la
prensa, se había acercado hasta las inmediaciones del perímetro de
seguridad alrededor de la planta de fertilizantes con intención de
averiguar cuándo podía acceder al área afectada, donde se encuentra su
propiedad.
Tras apuntarse en la lista que elaboran las
autoridades para establecer un orden de entrada (los habitantes
visitarán su vivienda custodiados por la policía, los bomberos y un
psicólogo), regresó por donde había venido y se detuvo a hablar con unos
amigos en una casa próxima.
"Vi cómo la policía venía hacia nosotros muy
rápido, pararon para decirnos que nos fuéramos de ese área porque había
una posibilidad de que hubiera otra explosión", relató Price, que
insistió en el sentido de urgencia manifestado por los agentes.
"Me subí en el coche y me fui lo más rápido que pude. Nos dijeron que nos alejáramos todo lo posible", comentó.
El suceso tuvo lugar aproximadamente a la hora en
la que las autoridades locales tenían previsto dar una conferencia de
prensa para dar una actualización de víctimas, heridos y daños, y que el
sargento Jason Reyes, portavoz del Departamento de Seguridad Pública de
Texas, pospuso "indefinidamente" sin dar más explicaciones.
La amenaza de explosión no ha sido confirmada oficialmente.
El viernes las autoridades adelantaron que algunos
de los residentes que fueron desalojados regresarían a sus casas a lo
largo del día de hoy, sin embargo, el área continuaba siendo "peligrosa"
esta mañana, según indicaron fuentes policiales a Efe.
Desde primera hora, un equipo de grúas fue
colocando grandes bloques de cemento en los accesos de tramos de calle
en los límites del perímetro de seguridad para impedir la entrada de
vehículos.
La localidad agraria de West, con cerca de 2.800
habitantes, fue el escenario el pasado miércoles de una gigantesca
explosión originada tras un incendio en la planta West Fertilizer.
El dueño de la compañía, Donald Adair, emitió un
comunicado el viernes en el que confirmó que uno de sus trabajadores
estaba entre las víctimas y declaraba su total colaboración con los
investigadores para esclarecer lo sucedido.
Aunque las últimas inspecciones de seguridad daban
por bueno el estado de la fábrica química, recientes informes apuntaron
a que la empresa tenía en sus depósitos mayores cantidades de nitrato
de amonio del permitido, lo que suponía un riesgo para las
instalaciones.
Se desconoce aún cuales fueron las causas del incendio y la posterior deflagración de West Fertilizer.
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