❝Testigo del tiempo❞》》》
Como reportero de El Caribe, cubrí el retorno al poder del ex presidente Joaquín Balaguer. Cada día, durante años, lo entrevisté en su caminata vespertina del Mirador Sur. Recorrí el país dos veces cubriendo su campaña del 1986, también pude entrevistar en múltiples ocasiones al profesor Juan Bosch y al doctor José Francisco Peña Gómez.
Ellos tenían en común que no eran acaudalados, ni alardeaban de su honestidad, todos sabíamos que eran personas honestas.
El único político que llegó al poder “con manos limpias” y alardeando de su honestidad, fue el ex presidente Salvador Jorge Blanco, terminó condenado por deshonestidad administrativa.
Durante el gobierno de Hipólito Mejía, cuando sonaban y resonaban casos de corrupción, el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) promovió su presumida honestidad.
“Más honestidad, más PLD” decían vallas colocadas en todo el país, hoy sabemos en qué degeneró aquella “honestidad”. Después de Jorge Blanco y los peledeístas, el político que más alardea públicamente de su honestidad es el presidente Luis Abinader, ojalá no termine igual que ellos.
Fuera de la política, las mujeres y los hombres serios no andan diciéndole al mundo que son honestos. Muchas personas bien ricas, llevan vidas frugales, sencillas, visten y se conducen con humildad, en cambio muchos pobres se gastan fortunas para aparentar que viven muy bien.
Rubén Blades, en su canción “plástico” describe muy bien a los pobres presumidos que viven “aparentando lo que no son, viviendo en un mundo de pura ilusión”.
El presidente está tan absolutamente fascinado con su cacareado buen gobierno y honestidad, que hasta se imagina públicamente, que los grandes líderes muertos estarían orgullosos de él.
Abinader contrató como asesor a un desertor del leonelismo que, estando en el gobierno, se pavoneaba, envanecido, cuando sus adulones lo saludaban diciendo “buenos días doctor Göebbels”. El doctor Jospeh Göebbels, estratega de opinión de Hitler, decía que “una mentira repetida mil veces se convierte en verdad”.
Abinader presume tanto de honestidad, que parece ignorar la historia política reciente, también el conocido dicho popular: “dime de qué presumes, y te diré de qué careces”.
Por: J.C. Malone;-
@jcmalone01
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