"El gas puede fluir de nuevo, incluso más que antes. Puede ser que no llegue nada", afirmó el vicecanciller y ministro de Economía alemán, Robert Habeck"...
El flujo de gas ruso a través del gasoducto Nord Stream, la principal ruta de suministro a Europa, será suspendido este lunes con motivo de una reparación anual planificada de las instalaciones de la tubería.
Aunque desde la compañía Nord Stream AG destacaron el carácter temporal de las obras, que durarán hasta el 21 de julio, la suspensión del suministro despierta preocupación en los países europeos, que expresan su temor a que, pasada esa fecha, el flujo de gas no se reanude.
"Todo es posible. Todo puede pasar. El gas puede fluir de nuevo, incluso más que antes. Puede ser que no llegue nada. Y, a decir la verdad, siempre debemos esperar lo peor y trabajar un poco para lo mejor", afirmó el vicecanciller y ministro de Economía alemán, Robert Habeck, en una entrevista con Deutschlandfunk.
Mientras, la industria alemana también hizo sonar alarmas ante el temor a un posible cese completo de suministros. "Nos estamos preparando para una reducción o incluso el cese de las importaciones de gas", dijo a Bild el director general de la Asociación de la Industria Química de Alemania, Wolfgang Große Entrup.
Un escenario indeseable
A finales de junio, el Gobierno de Alemania se vio obligado a activar el segundo nivel del plan nacional de emergencia de gas, que consta de tres fases, ante la reducción del suministro gasístico que recibe de Rusia. Aunque Alemania actualmente tiene "suficiente gas" y, simplemente, toma medidas de precaución, el país podría "ver las cosas de manera muy diferente" dentro de unos meses, advirtió Habeck.
Según precisó esta semana el jefe de la Agencia Federal de Redes de Alemania, Klaus Muller, citado por medios locales, el almacenamiento de gas en el país está lleno en un 63 %, mientras que las autoridades alemanas pretenden alcanzar un nivel de almacenamiento del 90 % para el 1 de noviembre. Además de las obras de mantenimiento, el país afronta otra incertidumbre, al no estar claro si Noruega podrá enviar gas en la cantidad acordada debido a las huelgas en el país, dijo Muller.
La activación del tercer nivel del plan, la fase de emergencia, supondría "un escenario de pesadilla política" para el país, considera Habeck. "Eso pondrá a Alemania en una prueba crucial que no hemos tenido desde hace mucho tiempo. Por lo tanto, debemos evitar este escenario con todo lo que podamos", subrayó.
"Una posibilidad real"
Francia, que no depende tanto del gas ruso como Alemania, también expresó sus preocupaciones en vísperas de las obras programadas. El ministro de Finanzas del país, Bruno Le Maire, afirmó que un corte total de suministros rusos es "una posibilidad real" y enfatizó que su país debe prepararse para el escenario, recoge Reuters.
Le Maire señaló que los consumidores deben empezar a reducir el consumo de energía e indicó que también sería posible construir una planta flotante, necesaria para obtener suministros de gas natural licuado (GNL) de otros países.
Fuente: RT Actualidad;-
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