No se explica la raz贸n de esta porf铆a haitiana si ya se ha dicho que los dos pa铆ses han elegido la v铆a diplom谩tica para resolver esta situaci贸n.
O las negociaciones est谩n estancadas y, en ese sentido, Hait铆 se siente capaz de sacarle provecho a este limbo acelerando los trabajos de apertura del canal, o ya la Rep煤blica Dominicana comunic贸 que no tiene objeci贸n al proyecto.
Sea lo que sea, es deber del gobierno informarle al pueblo en qu茅 nivel est谩n dichas negociaciones y cu谩l es su posici贸n frente al Tratado de Fronteras de 1929, que claramente establece las reglas mediante las cuales las dos naciones pueden hacer uso de los r铆os lim铆trofes, sin afectar su curso ni sus caudales.
Los productores agropecuarios dominicanos de la zona de Dajab贸n no est谩n de acuerdo con esta canalizaci贸n. En esa medida crece la indignaci贸n y el rechazo abierto a este plan unilateral haitiano.
El pa铆s no puede aceptar estos desplantes de Hait铆 as铆 por as铆. La regla es la regla y nadie puede irrespetarla o desconocerla.
Es preciso definir nuestra postura como pa铆s antes de que otros factores, emocionales o pol铆ticos, se ocupen de formar el caldo de cultivo para conflictos de imprevisibles consecuencias y magnitudes en el futuro si esto no se aclara a tiempo y satisfactoriamente.
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