Visión Global,,,,,
Existe la errónea percepción entre algunos hacedores de opinión
política en la República Dominicana de que el partido Fuerza del Pueblo
(FP) es una organización que nació para una coyuntura electoral
específica y que, como tal, su permanencia será efímera.
Muchos de ellos lo atribuyen a que supuestamente la formación es
fruto de una rabieta de Leonel Fernández a raíz de no haber ganado las
primarias peledeístas del 6 de octubre del pasado año.
Quienes tienen esa visión tan desenfocada, primeramente quieren pasar
por alto que la salida de Leonel del Partido de la Liberación
Dominicana no fue producto de una “rabieta” sino la culminación de un
memorial de agravios, un conjunto de situaciones acumuladas que hicieron
explosión ese día.
Y “segundamente”—como diría Cantinflas—, y en conexión con la
anterior, llega un momento en que la ruptura se hace casi vital, razón
por la cual se impone cortar por lo supuestamente sano como un mero
instinto de conservación.
Vamos al grano. La Fuerza del Pueblo es una organización, insisto,
que nació en medio de una coyuntura electoral que le ha consumido sus
primeros esfuerzos, pero su permanencia en el tiempo es el fin
principal, pues rebasada la circunstancia se concentrará en su real
construcción.
Esto sin importar cuál sea el resultado final de los comicios del
domingo. Aun cuando ganase el proceso—que sería lo saludable—tendrá por
delante una tarea que no le resultará muy difícil llevar a cabo, puesto
que cuenta con el líder de más amplia visión y del pensamiento de más
largo alcance.
Como análisis se puede columbrar que el surgimiento de la FP ha sido
hasta cierto punto saludable, pues ha venido a oxigenar el ecosistema
partidario, cuya asfixiante existencia se percibe a leguas, situación
agravada cada minuto por las tropelías que cometen el PLD y su Gobierno,
para quienes “se hace lo que conviene” aun no beneficie al país.
El cansancio con esa forma ramplona de hacer política es lo que ha
conducido al estadio actual de desazón de millones de dominicanos para
quienes resulta una salida pedir “que venga cualquier cosa”, un desahogo
colectivo que se abre como el hueco de la democracia por donde se
cuelan los aventureros ya conocidos en otras latitudes.
Haber conducido la nación hasta el umbral del convencimiento social
de que “esto se jodió comoquiera” será una funesta herencia del Gobierno
de Danilo Medina, por lo que reconstruir la esperanza costará un gran
esfuerzo.
Allí estará la fertilidad de la FP, dirigida por un hombre
experimentado que tendrá la suerte de fortalecer una organización con un
campo abierto en cualquier escenario. Mientras, votar por Leonel es
fundamental ahora.
Por Nelson Encarnación ;-
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