Aunque la teoría de la Organización Mundial de la
Salud desecha el uso de la mascarilla como elemento protector del
coronavirus, hay voces autorizadas desde el ámbito de las ciencias que
la validan como un recurso preventivo del contagio.
Por ejemplo, George Gao, director general de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de China, experto en el combate de las epidemias de Sars-2 y Covid-19, cree que es “un gran error” no usarlas para eludir la transmisión del virus entre los humanos.
Él dice que este virus se transmite por gotitas y por contacto cercano. “Por eso tienes que llevar una máscara, porque cuando hablas siempre salen gotas de tu boca. Mucha gente tiene infecciones asintomáticas o presintomáticas. Si llevan máscaras, pueden evitar que las gotas cargadas de virus escapen e infecten a otros”, ha planteado en una entrevista a la revista Science.
En su lógica científica, el uso de la mascarilla es recomendable, obligatoriamente, en esta situación. De hecho, millones de personas en el mundo han confiado en ellas como un recurso preventivo. Tanto para no infectar a otros, como para no contagiarse.
Aquí deberíamos masificar su uso. Que cada dominicano que esté en las calles ande con ellas puestas protegiendo boca y nariz, sea o no asintomático. De ese modo, las gotícolas del virus que se expulsan por la tos o el estornudo, gravitan por algunas horas en el ambiente y hasta días en cualquier superficie.
Se arriesgan demasiado los dominicanos que se aglomeran en supermercados o mercados, en bancos o en otros establecimientos, como hospitales y clínicas, abarrotados de personas, desprovistos de mascarillas.
El dominicano, voluntariamente, debería usarlas. O en caso de extrema necesidad preventiva, el Presidente de la República debería ordenarlo por decreto, con sanciones incluidas, al que desoiga esta vital instrucción.
Llevémonos de los que saben de esto porque han lidiado de frente contra dos pandemias, logrando su control en el país de origen. Nada perderíamos con agregar otra precaución a las ya elementales que se han recomendado en el mundo entero para evitar el contagio: higiene sistemática con el lavado de manos y distanciamiento social.
¡Todos a usar mascarillas!
Tomado del editorial de
de la fecha ;-
Por ejemplo, George Gao, director general de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de China, experto en el combate de las epidemias de Sars-2 y Covid-19, cree que es “un gran error” no usarlas para eludir la transmisión del virus entre los humanos.
Él dice que este virus se transmite por gotitas y por contacto cercano. “Por eso tienes que llevar una máscara, porque cuando hablas siempre salen gotas de tu boca. Mucha gente tiene infecciones asintomáticas o presintomáticas. Si llevan máscaras, pueden evitar que las gotas cargadas de virus escapen e infecten a otros”, ha planteado en una entrevista a la revista Science.
En su lógica científica, el uso de la mascarilla es recomendable, obligatoriamente, en esta situación. De hecho, millones de personas en el mundo han confiado en ellas como un recurso preventivo. Tanto para no infectar a otros, como para no contagiarse.
Aquí deberíamos masificar su uso. Que cada dominicano que esté en las calles ande con ellas puestas protegiendo boca y nariz, sea o no asintomático. De ese modo, las gotícolas del virus que se expulsan por la tos o el estornudo, gravitan por algunas horas en el ambiente y hasta días en cualquier superficie.
Se arriesgan demasiado los dominicanos que se aglomeran en supermercados o mercados, en bancos o en otros establecimientos, como hospitales y clínicas, abarrotados de personas, desprovistos de mascarillas.
El dominicano, voluntariamente, debería usarlas. O en caso de extrema necesidad preventiva, el Presidente de la República debería ordenarlo por decreto, con sanciones incluidas, al que desoiga esta vital instrucción.
Llevémonos de los que saben de esto porque han lidiado de frente contra dos pandemias, logrando su control en el país de origen. Nada perderíamos con agregar otra precaución a las ya elementales que se han recomendado en el mundo entero para evitar el contagio: higiene sistemática con el lavado de manos y distanciamiento social.
¡Todos a usar mascarillas!
Tomado del editorial de
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