Visión Global,,,,,
Los de mi generación- y hablo de todo el que ha vivido en los últimos
60 años sin importar la edad-compartimos un mundo que la pandemia de
coronavirus lo ha convertido en único y diferente, un cambio radical de
la forma de convivencia y de interacción social.
Es una pandemia que marcará época, como siglos atrás se establecieron cronológicamente como referentes para identificar cuándo ocurrieron determinados hechos. Es así como, por ejemplo, se habla del año de la peste como referencia de algo que ocurrió en Inglaterra en 1678, o de la fiebre amarilla que asoló varios países de Europa, o de la viruela en otras partes del planeta, etc.
Es una pandemia que marcará época, como siglos atrás se establecieron cronológicamente como referentes para identificar cuándo ocurrieron determinados hechos. Es así como, por ejemplo, se habla del año de la peste como referencia de algo que ocurrió en Inglaterra en 1678, o de la fiebre amarilla que asoló varios países de Europa, o de la viruela en otras partes del planeta, etc.
Sin embargo, hablamos de un mundo totalmente distinto el que nos ha
tocado vivir, en el cual las distancias no existen y el relacionamiento
social es intenso, razón por la cual una enfermedad contagiosa se
expande casi sin control.
Asistimos a algo inédito y de un impacto global, contrario a eventos
anteriores en los cuales se afectó a algunos países de zonas
específicas, y con determinadas condiciones.
No es siquiera comparable con eventos generados por el hombre como la
II Guerra Mundial, cuyo impacto devastador se reflejó básicamente en
Europa y algunos países de otras zonas, pero no de carácter global
aunque su nombre tiene ese significado.
Personas que ya estaban formadas para durante la conflagración
recuerdan que la vida en la República Dominicana transcurría dentro de
una normalidad llevadera, puesto que nuestra importancia no era ni
siquiera relativa.
Los ataques terroristas del 11 de septiembre en Estados Unidos
cambiaron el mundo a partir del establecimiento de formas nuevas de
comportamiento, esencialmente con modificación de aspectos relacionados
con los viajes.
Ahora bien, si usted no viaja fuera de su país ni tiene esas
relaciones intensas que le obligan a estar visible, su vida va a
discurrir con absoluta normalidad, sin enterarse siquiera de que hay que
quitarse zapatos y correas en los aeropuertos, o que no se puede
abordar un avión con un corta uñas encima, mucho menos con un envase de
cristal.
Todo eso afecta a quienes se mueven, no así a la inmensa mayoría de
los 7,500 millones de personas que habitan este planeta, quienes se
morirán sin haber visto un avión por dentro.
¿Podemos decir lo mismo del COVID-19 y sus efectos? Imposible. Este virus se ha globalizado, trastornando la vida civilizada, llevándola casi a los inicios más remotos en los cuales—conforme está antropológicamente documentado—eso que llamamos relacionamiento social era casi nulo.
¿Podemos decir lo mismo del COVID-19 y sus efectos? Imposible. Este virus se ha globalizado, trastornando la vida civilizada, llevándola casi a los inicios más remotos en los cuales—conforme está antropológicamente documentado—eso que llamamos relacionamiento social era casi nulo.
No creo que el mundo estuviera preparado para lidiar con semejante
desgracia, no ya en términos médicos, sino con este desbarajuste social
devastador.
Por Nelson Encarnación ;-
No hay comentarios:
Publicar un comentario