El 2019, que termina hoy, ha sido un año
estresante en el que distintas situaciones mantuvieron en vilo a la
sociedad, alterando sensiblemente los estilos de vida de muchos
ciudadanos y atizando muchas confrontaciones en el ámbito político.
Las expectativas de una posible reforma constitucional para
viabilizar la reelección del presidente Danilo Medina despertaron,
prematuramente, los aprestos para una lucha por el poder que terminó
desgarrando la unidad del mayor partido del país, el de la Liberación
Dominicana.
Episodios inéditos, como el cerco militar al Congreso ante las
concentraciones de los opositores a la reelección, acapararon la
atención del país, hasta que una decisión del Presidente declinando
reelegirse en el cargo pareció abrir paso a un clima de distensión.
Pero la celebración de las primarias del partido oficial, con todas
sus secuelas, resultó el detonante de una crisis interna que implicó la
salida de su presidente Leonel Fernández y la reagrupación de sus
seguidores en otro partido, pasando a la oposición directa al régimen.
En el contexto de esa lucha por el poder, otros acontecimientos, como
el descalabro del turismo ante las publicaciones en la prensa mundial
sobre muertes inexplicables de extranjeros, mas el insólito atentado
contra la vida del pelotero David Ortiz, pusieron al Gobierno y al
sector hotelero en la urgente disyuntiva de dar respuestas a la crisis.
El atentado al Big Papi conturbó a una ciudadanía que ya venía
mostrando inquietud por la ola de crímenes, atracos y actos de raterismo
en las calles, mas el dolor acumulado por los frecuentes feminicidios y
algunos asesinatos espeluznantes.
A estas inquietudes ciudadanas se agregaron las molestias causadas
por los permanentes taponamientos de las vías de la capital, que han
alterado los ritmos de movimientos y la paciencia de conductores,
pasajeros y transeúntes.
Por igual, los brotes epidémicos que de año en año surgen en el país
encontraron un terreno vulnerable para causar más estragos, ya que la
mayoría de los hospitales se encontraba en remodelación, y los pocos
disponibles no podían asumir la tarea de atender emergencias, proveer
medicinas o internamientos, lo que derivó en muertes que pudieron
evitarse.
Un año de aprehensiones sobre la suerte de Haití y el temor a una
sorpresiva avalancha de ilegales hacia este país obligó al Gobierno a
realizar las mayores inversiones de equipos y despliegue de tropas en la
frontera, que no estuvo exenta de episodios de violencia.
La lista de eventos estresantes es más larga, por lo que conviene
pasar pronto esta página y recibir el 2020 con los dedos cruzados
esperando que las gotas de estas tensiones no rebosen la copa de la
paciencia y el sosiego de los dominicanos.
Adiós 2019. ¡Vete lejos con todos tus sinsabores!
Tomado del editorial de
de la fecha ;-
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