Así como de singular fue el freno popular al intento de reelección de
Danilo, es su jubilación. Es el primer Presidente que optó por la
jubilación para poder seguir cuatro años más en el poder. Aunque después
de agotar el período quiere seguir mandando, aunque sea a través de un
testaferro.
Esta situación es como venderle el alma al diablo.
Cuando llega el momento de cumplir lo pactado surge la rebeldía.
Danilo es fácil en materia de incumplir su palabra. Demostró que es
capaz de comerse el tiburón podrido y olvidar los acuerdos de
gobernabilidad en su PLD.
Ahora hace y deshace para quedarse en el poder. Sus iniciativas nada
tienen que ver con mantener al PLD en el poder ni que el inepto de
Gonzalo Castillo sea Presidente.
Este empresario es testaferro precisamente por sus pocas dotes.
Danilo lo colocó y teje la trama porque gobernaría a través de él y
volvería a intentar modificar la Constitución.
Danilo lo quiere, solo es tiempo para fabricar su entuerto a la democracia.
El jefe del PLD sabe que, a partir de mayo, si se cumple su
jubilación de la vida política, se quedará sin fuerzas, será un nombre
en la historia, pero sabe que Gonzalo carece de habilidad política y
formación para darle un golpe de mano y quedarse como líder de los
danilistas sin líder.
No hay danilismo sin Danilo.
Otro detalle es que los dirigentes del PLD, ahora sumidos al jefe del
Poder Ejecutivo, sin Danilo activo buscarían rutas para sus propias
aspiraciones y poco luce que aceptarían ser tutelados por Gonzalo. La
jubilación constitucional de Danilo será un ‘rompan filas’ en el PLD,
por eso hará lo que sea para quedarse.
Por Alfredo Freites ;-
No hay comentarios:
Publicar un comentario