El proyecto de modificar la Constitución para posibilitar la
reelección del presidente Danilo Medina estaba agonizando en cuidados
intensivos del Congreso por falta de sangre pues no se pudo conseguir a
base de sobornos. Su muerte era perfectamente previsible. La correlación
de fuerzas cada día le era adversa al presidente. La mayoría de los
ciudadanos expresados en los partidos, la sociedad civil, empresarios,
iglesias, medios de comunicación, principalmente las redes sociales
donde los ataques eran hasta desconsiderados, así lo evidenciaban.
¡La
reelección estaba derrotada! ¡Todos lo sabíamos!
Los asesores, si los había, no hicieron el trabajo adecuado. Hasta
los partidarios de extender el mandato se fueron alejando en la medida
que aumentada la presión dentro del Partido de la Liberación Dominicana
como de otros partidos y organizaciones civiles. El gobierno no encontró
forma de contrarrestar las opiniones cada vez mayores de los enemigos
de la reelección, ni siquiera dentro de sus aliados.
El dinero no bastó para “convencer” a los diputados de la corriente
del ex presidente Leonel Fernández y del Partido Revolucionario Moderno
que se mantuvieron firmes rechazando ofertas vergonzantes. Durante más
de un año los reeleccionistas estuvieron señalando que tenían los votos.
Lo decían una y otra vez. La práctica demostró que no era cierto. Nunca
los tuvieron.
Desde el año pasado el presidente Danilo Medina estuvo amenazado con
hablar sobre el tema. Evadió hacerlo en múltiples ocasiones a pesar de
las solicitudes de los medios de comunicación. Trataba de ganar tiempo
para ver si el hombre del maletín lograba un milagro ofreciendo hasta 70
millones de votos por cabeza. ¡70 millones! ¡Wao!
Jamás un presidente con pretensiones reeleccionistas había actuado
con tanta torpeza en América Latina en el diseño de una estrategia
política continuista. Los asesores de Medina cometieron un error tras
otro, caminando como el cangrejo. Al parecer le hizo falta el brasileño
Joao Santana y su esposa Maura.
La embajada de Estados Unidos fue clara desde el primer momento al
señalar que su gobierno no estaba de acuerdo con un tercer mandato, al
igual que los países de Europa y hasta del propio hemisferio. Danilo
olvidó la globalización es económica, política y social. El ajedrez
geopolítico no favorece un movimiento dictatorial en el Caribe.
Ahora, cuando la lucha a favor de la reelección y en contra está en
un punto muy álgido, es el secretario de estado norteamericano, Mike
Pompeo, quién llama personalmente al presidente Medina y le informa la
posición de su gobierno sobre un tercer mandato. No es verdad que el
canciller gringo llamó a Danilo para felicitarlo, saludarlo y preguntar
por su salud. Mentira del diablo. Llamó para darle la estocada mortal a
la reelección. Pompeo, como todo procónsul imperial, llamó para trazar
la pauta, para decirle mandatario dominicano que se abstuviera de
continuar con el proyecto de perpetuarse en el poder o de lo contrario
pagaría las consecuencias. (Dejémonos de pendejadas. Hablemos claro)
Punta Catalina es más que una espada de Damocles sobre la cabeza del
gobierno dominicano. El informe de Alicia hizo revelaciones espantosas
que no tienen el nivel verdadero de los sobornos y de quienes los
tomaron. Los nombres de senadores, diputados, funcionarios de todos los
niveles que recibieron sobornos millonarios serán revelados en los
próximos días. ¡Ya lo verán!
Con la llamada de Mike Pompeo a Danilo Medina, dada a conocer
rápidamente por la embajada con otro comunicado enviado a los medios de
comunicación, Estados Unidos le da una estocada mortal a la reelección.
De ese modo la reelección pasa de Cuidados Intensivos al ataúd.
Por Juan TH ;-
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