El precandidato presidencial, miembro del Comité
Político y exministro de Economía, Planificación y Desarrollo,
Temístocles Montás, acaba de revelar al periodista Miguel Guerrero que
el presidente Danilo Medina prometió en una reunión en Palacio no
modificar por segunda vez la Constitución para habilitarse y postularse
por tercera ocasión consecutiva. Y que esa fue la razón por la cual
varios funcionarios renunciaron a sus cargos para hacer proselitismo.
Medina fue candidato en 2000, pero perdió
ante Hipólito Mejía; volvió para los períodos 2012-2016 y 2016-2020, y
ganó las elecciones.
Se refería Montás a parte de lo tratado
durante un diálogo escenificado en la primera semana de marzo de 2019
con los aspirantes presidenciales, considerados delfines del mandatario:
Andrés Navarro, Carlos Amarante Baret, Francisco Domínguez, Reinaldo
Pared y el propio Montás, entre otros. Y allí, él –ha dicho el precandidato– los motivó a seguir el activismo.
El 18 de agosto de 2018, el presidente
había prometido a la conductora de televisión Jatnna Tavárez referirse a
la reelección en marzo de 2019, aunque adelantó que tiene una decisión
tomada. Rehusó adelantar detalles.
De todos modos, el veterano político de
San Cristóbal ha advertido que la introducción de un proyecto de reforma
para rehabilitar a Medina, formalizaría la división del PLD, aunque ha
estimado que no hay suficientes votos para aprobarlo, ni consenso en el
CP, lo cual –presume– habría retrasado aprestos para acometer tal
acción.
UN EMISOR DE PESO
Aunque Montás fue encarcelado en el penal
de Najayo tras ser acusado por la Procuraduría General de participar en
la red de corrupción de Odebrecht,
y, por ello, sustituido como ministro de Industria y Comercio, se le
atribuye una relación estrecha con el presidente Medina. Archivado de
manera provisional su expediente y ya absuelto, el dirigente peledeista
no ha expresado rencor contra Palacio y el Ministerio Público.
Su destape en el televisual Conexión 32, adquiere, por tanto, una connotación diferente. Se trata de una fuente de primera línea cuya revelación debería tener la fuerza de la verdad.
El presidente no habló al país en marzo
de este año, como prometió a Tavárez en agosto pasado. Tampoco en abril,
ni en mayo. En marzo, en una fría oficina de Palacio, sí le ha
comunicado su “decisión tomada” a una parte de los aspirantes
presidenciales, tipificados por opinantes como sus puntas de lanza: no
intentará la reelección. Uno de los presentes lo ha testificado.
Sí es así, habría escogido bien. El solo
intento en la dirección contraria sería catastrófico. El camino está
minado metro a metro. Las opiniones que reflejan malestar se han
convertido en fuertes actitudes de rechazo. Y la temperatura local e
internacional sube cada día.
El 14 de junio de 2015, la Asamblea
Revisora proclamó la nueva Constitución, tras aprobar en la víspera la
modificación para restablecer la reelección por dos períodos
consecutivos del presidente Medina y nunca más.
Tal reforma fue el producto de un
consenso en el CP, que implicó el retiro del precandidato y presidente
del partido, Leonel Fernández, y acuerdos de reelección de legisladores.
Aunque la crisis que sacudió al partido morado fue aguda, el panorama
político social, local y global, resultaba llevadero.
Ahora, la atmósfera luce muy enrarecida,
con un creciente rechazo social a un proceso similar. Cualquier intento
no bastaría con vencer a LF en el CP y en el Congreso, donde el poder
del Gobierno se hace sentir. Las corrientes negativas externas son
fuertes y variadas. Ponerse anteojeras y desafiarlas representaría el
principio del fin del PLD en el Gobierno.
Pero si DM actúa cónsono con la promesa
que –de acuerdo a Montás– hizo en marzo a un grupo de precandidatos
presidenciales- exfuncionarios de su gobierno, y la inteligencia
emocional y política no abandona al liderazgo, en poco tiempo el PLD
tendría a LF como su candidato oficial, y el 20 de mayo de 2020 ganaría
las elecciones sin mayor dificultad. El desaguisado de agitar resabios
que distancien a DM-LF para imponer una tercera opción sin terminación,
tiene un solo camino: el de la ducha para enfriarse y el banco para
descansar mínimo cuatro años.
Por Tony Pérez ;-
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