Si el proyecto de reelección sigue sumando rechazo y el presidente
Danilo Medina prolonga su decisión, podría perder capital político. En
ese ambiente, si desiste, parecería que fue producto del acorralamiento
social; y si, por el contrario, impulsa la reforma nadaría contra la
corriente y al costo de dividir su propio partido.
El presidente Medina necesita de dos factores para pasar la reforma y
habilitarse para presentarse como candidato en las elecciones del 2020:
tiempo y condiciones.
Al día de hoy cuenta con tiempo, pero las
condiciones no le son favorables por la ola de reacciones adversas de
diversos sectores, por tanto, prolongar su decisión esperando que el
viento sople a su favor es políticamente arriesgado para el gobernante.
Desde el punto de vista del calendario electoral Medina tiene tiempo
suficiente para impulsar otra reforma. La precampaña inicia formalmente
el 7 de julio y el plazo para inscribir los precandidatos vence el 22 de
agosto a las 12 de la noche. Legalmente cuenta con 116 días, es decir
tres meses y 23 días.
Si se toma como referencia en materia de tiempo el cambio a la Carta
Magna que se hizo en el 2015, el danilismo corre contra el reloj. Esa
reforma se hizo luego de un acuerdo en el Partido de la Liberación
Dominicana (PLD) rubricado en el 29 de mayo de ese año y la reforma se
completó el 13 de junio. En materia de tiempo, lo único que ha perdido
el danilismo es que para el 19 de abril del 2015 ya el PLD había
decidido el tema y ahora ni siquiera está en agenda.
Las condiciones no le favorecen
Han transcurrido 8 meses y 12 días desde el domingo 19 de agosto
cuando el presidente Medina en una entrevista con la comunicadora Jatnna
Tavárez declaró que ya tenía tomada una decisión sobre el tema de su
posible repostulación, pero que lo comunicaría en su momento. ¿Qué ha
sucedido desde entonces? Durante el tiempo que ha pasado, las
condiciones para la reelección del presidente no han mejorado, sino por
el contrario, cada día se suman nuevos sectores que rechazan una
modificación a la Constitución.
Los últimos actores han sido los religiosos. La iglesia católica
habló fuerte desde el domingo de Ramos hasta el Viernes Santo en contra
de la reelección y la pasada semana se sumó el Consejo Dominicano de
Unidad Evangélica (Codue).
La Fundación Institucionalidad y Justicia (FInjus) reiteró su rechazo
igual que Participación Ciudadana. Según las encuestas que se han
publicado, como Gallup y Asisa, el rechazo a que se modifique de nuevo
la Carta Magna ronda el 70%. Además, hasta ahora no cuenta con los 148
votos que necesita en la Asamblea Revisora para cambiar la Constitución.
La indefinición de reelección es arma de doble filo
En ocho meses transcurridos desde agosto no han mejorado las
condiciones para la reelección por lo que es poco probable que eso
cambie en los próximos tres meses, sobre todo porque los factores
adversos son cada vez más y las posturas se han radicalizado. Mientras
se mantiene el suspenso pierde capital político. Si por el contrario,
toma la decisión de modificar la Constitución en condiciones
desfavorables, sería nadar contra la corriente con todas las
consecuencias que eso implicaría desde la división del PLD hasta los
cuestionamientos sobre los mecanismos usados para lograr los votos en el
Congreso que ahora no tiene.
Varios hechos afectaron la imagen del gobierno
Fuera del tema eminentemente político, el gobierno de Medina ha
enfrentado situaciones que han afectado la imagen del gobierno como el
espionaje por parte del Ministerio Público que se destapó luego del caso
de la exjueza, Miriam Germán Brito. Le siguió la presión a que han sido
sometidos tres jueces del Tribunal Superior Electoral (TSE) por emitir
una sentencia que afectó al Partido Revolucionario Dominicano (PRD)
aliado del gobierno. De hecho, el presidente del Senado, secretario
general del PLD y del sector del presidente Medina, Reinaldo Pared
Pérez, amenazó con un juicio político a esos magistrados por
supuestamente no cumplir una sentencia del Tribunal Constitucional. El
gobierno de Medina también tuvo que enfrentar una marcha de trabajadores
contra una propuesta de ley que eliminaría la cesantía a cambio de un
fondo de desempleo. El gobierno retiró del Congreso esa propuesta.
Por Yanessi Espinal ;-
No hay comentarios:
Publicar un comentario