Hace bien - y es inteligente- que Tony Peña Guaba
busque crecer, hacerse su propio espacio político e incluso que aspire a
ser candidato del partido que liderara su padre, el doctor Peña Gómez,
partiendo de un marco de respeto y sin descalificar la persona y el
liderazgo del ingeniero Miguel Vargas.
Esa línea de equilibrio y de prudencia del hijo del líder negro del partido blanco es lo que le ha permitido mantenerse como secretario general del PRD sin apoyar la alianza del mismo con el PLD, y plantear que, para la organización no terminar aniquilada, tiene que emprender un camino propio y terminar su acuerdo electoral con el partido de gobierno.
En la picota desde que dijo que unos diez o doce diputados del PRM de Luis y de Hipólito estarían en disposición de alquilar su voto para un eventual intento de modificación constitucional, Tony Peña vuelve a la carga, al criticar que la dirección del PRD acordara no ir a primaria alegando costos del evento y estimar que lo que se busca en el fondo, en detrimento propio, es renovar el compromiso político-electoral con el sector oficial que lidera el presidente Medina.
Cree que a Miguel Vargas, como presidente del PRD, y a su persona, como hijo del doctor Peña Gómez que es, les corresponde el compromiso histórico de preservar al PRD.
Pase lo que pase en el país -y con Tony-, el todavía joven dirigente del PRD ha vuelto a dar un paso al frente y anuncia que hará un recorrido-consulta a la base partidaria, coincidiendo con el anuncio de que tenía todo un proyecto presidencial armado con miras al 2020. Hizo bien Tony - ojalá lo hubieran hecho también doña Milagros Ortiz y otros “viejos robles “- en no irse del PRD y, contra toda tormenta o prueba difícil, haberse quedado como garantes del deber histórico, a echar el pleito adentro.
Tony debe seguir pisando con pie de plomo, porque pisa en suelo movedizo y muy hacinado, muy desfavorable al desarrollo y fomento de riqueza que oferta en su proyecto de “ciudades ecológicas “contenido en su plan de gobierno. Eso sí, va a necesitar suerte.
Por Luis Encarnación P. ;-
Esa línea de equilibrio y de prudencia del hijo del líder negro del partido blanco es lo que le ha permitido mantenerse como secretario general del PRD sin apoyar la alianza del mismo con el PLD, y plantear que, para la organización no terminar aniquilada, tiene que emprender un camino propio y terminar su acuerdo electoral con el partido de gobierno.
En la picota desde que dijo que unos diez o doce diputados del PRM de Luis y de Hipólito estarían en disposición de alquilar su voto para un eventual intento de modificación constitucional, Tony Peña vuelve a la carga, al criticar que la dirección del PRD acordara no ir a primaria alegando costos del evento y estimar que lo que se busca en el fondo, en detrimento propio, es renovar el compromiso político-electoral con el sector oficial que lidera el presidente Medina.
Cree que a Miguel Vargas, como presidente del PRD, y a su persona, como hijo del doctor Peña Gómez que es, les corresponde el compromiso histórico de preservar al PRD.
Pase lo que pase en el país -y con Tony-, el todavía joven dirigente del PRD ha vuelto a dar un paso al frente y anuncia que hará un recorrido-consulta a la base partidaria, coincidiendo con el anuncio de que tenía todo un proyecto presidencial armado con miras al 2020. Hizo bien Tony - ojalá lo hubieran hecho también doña Milagros Ortiz y otros “viejos robles “- en no irse del PRD y, contra toda tormenta o prueba difícil, haberse quedado como garantes del deber histórico, a echar el pleito adentro.
Tony debe seguir pisando con pie de plomo, porque pisa en suelo movedizo y muy hacinado, muy desfavorable al desarrollo y fomento de riqueza que oferta en su proyecto de “ciudades ecológicas “contenido en su plan de gobierno. Eso sí, va a necesitar suerte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario