Bogotá, Colombia;- CNN obtuvo nuevos videos
que proporcionan una perspectiva escalofriante del misterioso ataque
con drones perpetrado el año pasado contra el presidente Nicolás Maduro.
Que se sepa, es el primer intento de matar a un jefe de Estado con un
artefacto comercial de este tipo, comprado en línea y ensamblado a mano
con explosivos militares en su interior.
Un hombre ha reconocido ser el organizador del ataque y dice que fue
ejecutado por un grupo de desertores del Ejército de Venezuela, junto
con otras personas.
En una entrevista exclusiva con CNN, recapituló cómo
se prepararon para el ataque y nos dieron videos tomados con celulares
que mostraban drones, explosivos y hasta vuelos de práctica en los
llanos colombianos.
“Hemos tratado por todas las vías pacíficas y democráticas de poner
fin a esta tiranía que se disfraza de democracia”, le dijo a CNN bajo
condición de anonimato, refiriéndose al régimen de Maduro. “Tenemos
amigos presos, torturados. Esta fue una decisión difícil”.
También admite que el complot pudo haber matado a muchas otras
personas además de su objetivo. “Ese fue el riesgo que tuvimos que
asumir”, responde. Nos duele que el pueblo venezolano sea siempre el que
deba pagar las consecuencias”.
El líder opositor Juan Guaidó,
quien se declaró presidente interino de Venezuela, le dijo a CNN que
reprobaba ese ataque. “Esas opciones no son válidas”. Agregó que en
realidad , sospechaba que el ataque había sido un montaje. “Creo que fue
algo interno, armado por el gobierno. Termina haciéndolo lucir como
víctima”.
Al día siguiente del atentado, el asesor nacional de seguridad de
EE.UU., John Bolton, advirtió que pudo haber sido fingido para darle al
Gobierno de Maduro una “excusa”, quizás para poner mano dura. Aún así,
los funcionarios con acceso a informes de inteligencia le dijeron a CNN
que creen que sí se trató de un ataque auténtico que salió mal.
Caos en Caracas
En agosto del año pasado, el caos descendió en el centro de Caracas.
Nicolás Maduro pronunciaba un discurso ante un desfile militar en la
Avenida Bolívar, una de las principales de la capital, cuando el sonido
de una explosión dispersó súbitamente a soldados y civiles por igual.
Las cámaras de las cadenas estatales y de las redes sociales presentes
en el evento captaron imágenes fragmentadas de la confusión colectiva –
el humo que ascendía por encima de la ciudad, una formación de soldados
que se desperdigaba, guardaespaldas que saltaban a cubrir a Maduro.
Solo después encajarían las piezas de esta historia: dos pequeños
drones que sobrevolaban el evento habían explotado. Ninguno, lo
suficientemente cerca como para infligir daño letal, aunque siete
guardias nacionales resultaron heridos. Un Maduro ileso diría después
que pensó que aquellas explosiones no eran más que fuegos artificiales.
Decenas de personas fueron arrestadas. Las autoridades habían lanzado
una investigación para determinar quién estaba detrás de este supuesto
ataque. Algunos fueron torturados, denunciaron los activistas por los
derechos humanos. Otros, en la lista de sospechosos del Gobierno, siguen
prófugos.
Maduro también culpó a la ultraderecha y al Gobierno colombiano, que negó toda responsabilidad.
El organizador del ataque le dijo a CNN que Colombia no estuvo
involucrada. Que el ataque con drones fue orquestrado por un grupo en el
participaron desertores de la Fuerza Armada de Venezuela, con el
objetivo de asesinar a Maduro.
El atacante asegura que se reunieron con varios funcionarios del
Gobierno de EE.UU. tres veces luego del ataque. “Ellos concertaron tres
reuniones después, imagino que para recopilar información que les
permitiera estudiar el caso, pero no pasó de allí”, cuenta.
“Querían obtener datos y nosotros pedimos cosas a cambio. Tomaron
nota de eso, y preguntamos si podían ayudar. Entonces simplemente se
fueron con sus apuntes y nunca más aparecieron”.
Un portavoz del Departamento de Estado de EE.UU. no quiso hablar de esa supuesta reunión, pero sí dijo: “Nuestra política es apoyar una transición pacífica en Venezuela”. CNN no ha hallado prueba alguna de que dicha reunión se haya realizado.
El plan fue frustrado por guardias que detonaron los drones
prematuramente, relata el atacante. Los bloqueadores de señales de
teléfono celular que protegen al presidente se reactivaron de repente,
causando los estallidos.
La explicación oficial del atentado, suministrada por el ministro del
Interior, confirma parte de esta historia, incluidas las rutas de los
drones.
El ataque fue preparado en una hacienda alquilada en el campo
colombiano. Semanas antes del discurso de Maduro, los desertores
venezolanos habían ordenado drones disponibles por Internet en EE.UU., y
los adaptaron para detonar una bomba casera a través de un app a
control remoto.
En los videos que el desertor le dio a CNN, se puede oír a varios
hombres quejándose de que los tornillos de los aparatos son diminutos.
Que es difícil leer las instrucciones en chino que traen las cajas, como
dice otro.
Los videos muestran igualmente al grupo practicando lo más difícil:
volar los drones lo suficientemente alto para no ser vistos y luego
lanzarse -en picada y a toda velocidad- para dar en el blanco.
Practicaron en diferentes escenarios: entre las praderas, sobre una
piscina, desde la ventana de un auto, en la oscuridad de la noche.
Detonaron uno de los aparatos más tarde a modo de prueba.
Posteriormente, desmantelaron las máquinas para meterlas de
contrabando por la frontera hacia Venezuela. Una vez de vuelta en su
país, reensamblarían lentamente los dos drones destinados al presidente.
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