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sábado, marzo 02, 2019

Quizá si, quizá no

Nos atrevemos a partir desde un punto optimista -y hasta a pecar de ingenuos- y ver en la parte política del discurso de rendición de cuentas al Congreso del presidente Danilo Medina solo un recurso efectista de libre interpretación, más que una clara intención de corte reeleccionista del gobernante. No se puede ocultar que la sola expresión de: “Estoy dispuesto a pagar el precio que haga falta para servir a nuestra Patria” -que fuera sacada de un contexto de la pieza y que ha provocado el mayor revuelo en distintos actores políticos y observadores independientes- tiene un tinte mesiánico y, por el momento en el que el Danilo político la emplea, le agrega más enigma a un ambiente ya marcado por la indefinición. 
Lo de “el precio” o “sacrificio”, planteado en otra parte de la alocución del Presidente, está en su mente, y solo su persona lo sabe, pero así como pudiera encerrar una intención reeleccionista también, en función acogerse simplemente al mandato constitucional que le impide ir en busca de un tercer período, evitándole de paso traumas a su partido y al país. De ahí que, si esta y otras frases -posiblemente incluidas para “enganchar” al auditorio político nacional y para ponerle sazón al discurso- fueran entendidas como “señales” del gobernante, se entienda el entusiasmo advertido entre seguidores que quieren “4 años más”, así como el rechazo de adversarios y de amantes fervientes de que se cumplan las reglas de juego institucionales. 
Los presidentes -y como reglas del manejo del poder- generalmente tienen sus estrategias  para evitar estampidas, perder apoyo y caer en la llamada “soledad del poder”, a la que temen más que el diablo a la cruz. Por eso se mueven en un marco de dudas, enigmas y expectativas, dejando al tiempo y a las circunstancias la posibilidad de que se pueda encontrar un “bajadero” o de que se abra alguna puerta en su beneficio. Danilo no dijo en ninguna parte del discurso que se embarcaría en una aventaría de reelección, pero los redactores de la pieza incluyeron algunas frases que llamaran la atención y se entendieran como el envío de “señales” del gobernante, según la interpretación. 
Con el Partido y el país en vilo (eso no es bueno), gana tiempo, frena a quienes pudieran estar mirando para otro lado y, con ello, mantiene la mayor fuerza posible a su alrededor en procura de la mejor negociación política a futuro. Y si se habla de evitar mudanzas, la sustitución del hijo de Peña Guaba en la Lotería manda un mensaje. Veamos: El padre se reúne con Leonel y se dijo que un grupo de partidos u “opción morada” respaldarían al presidente del PLD y mandaron al hijo para su casa.
Por Luis Encarnación Pimentel ;-
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