Dedicado a los venezolanos caídos aquí en 1959 enfrentando a
Trujillo Pese al aparatoso operativo mediático internacional, la trama
múltiple por secuestrar a Venezuela, su petróleo, minas y de todo tipo
de recursos, registró una nueva derrota admitida el sábado 23 de
febrero.
Se hizo un montaje de expectación con técnica de boceto o libreto,
que incluyó a la OEA, el cartel de Lima y decenas de gobiernos cipayos
en varios continentes supuestamente para llevar “ayuda humanitaria” a
Venezuela, vía las fronteras con Brasil y Colombia.
Entre otros propósitos fallidos figuraba imprimirle pinta de
“mandatario” al “Muppep”: un politiquero que ni mueca de líder tiene,
pese a que anda en su “tour interminable”.
Para los dominicanos, el riesgo de una invasión a Venezuela es
lastimoso, porque vamos a cumplir 54 años del Abril glorioso que nos
recrea haber sido víctimas de la criminal intervención norteamericana de
1965, plagada de groseras mentiras.
Se impone aplicar “ilusión cero” con los designios imperiales que
pudieran abrigar creencias luego de la lección histórica del sábado 23
de febrero. Pronto aparecerá el cartel de Lima con otros pretextos como
el de la “ayuda humanitaria”.
El sábado, fue impresionante el ridículo de “cara dura mediática”
con que aparecieron Sebastián Piñera, Iván Duque, “Almugre” y el
“Muppep”. Se jugaron una carta contraproducente o un “boomerang”, que es
sinónimo de derrota, con su intentada “ayuda humanitaria”.
El pueblo de Venezuela hizo historia con las movilizaciones y otras
expresiones diciendo ¡no! al golpe de Estado continuado y a la invasión
prepagada.
La gigantesca marcha-concentración de Caracas, en respuesta a la
flagrante metida de manos en Venezuela, por Estados Unidos y el cartel
de Lima, fue una advertencia a las próximas aventuras que intenten los
intervencionistas de todas las latitudes. El operativo “Bandera-Falsa”
irrespetando a la insignia venezolana, a la Cruz Roja y perpetrando un
atropello criminal múltiple, fue otro fracaso sorprendido “in fraganti”,
grabado por cámaras videográficas, para desgracia de las maquinarias
mediáticas.
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