Carlos Amarante Baret celebró el domingo un micro
mitin bajo techo con todos sus afines que no llenaron el espacio, pero
celebraron la oportunidad de verlo pavonearse como un perdonavidas. El
espacio contratado quedó un poco muy ancho. La candidatura de Amarante
Baret está a dieta de seguidores o famélica de simpatías, pero la
imaginación lo traiciona. A veces de tanto mirarse en el espejo
ensayando un discurso, se cree candidato presidencial. Lastimosamente es
un aspirante sin brillo.
Es posible que por el calor existente o las amenazas de lluvia no
anunciadas, impidieron a otros contertulios pagados pudieran asistir o
cogieron los chelitos y se repagilaron.
Él se dice heredero de Danilo Medina, de quien es leal seguidor. Si
todos sus compañeros de tendencia concurrieron al mitin bajo techo, mal
andan las cosas. Aunque Amarante cuenta con incontables recursos
económicos, fue muy pobre la asistencia porque su forma de hacer campaña
no atrae.
Amarante es un político veterano que tiene la dicha de haber amasado una gran fortuna de amistades. Todo el mundo lo quiere. Es simpático, amable, comedido y servicial con Danilo, pero fue un dislate creerse con carisma para lanzarse como mampara del líder.La realidad del acto de hoy domingo de @CarlosAmaranteB: Vacio. Retirese! pic.twitter.com/R3VU2jdItI— ProLeonel (@proleonelf) 2 de diciembre de 2018
Este mitin pagado bien pudo montarlo en una gallera y se hubiera
ahorrado más de 30 millones de pesos y propinar miles de pesos a los
estoicos. A veces yo vivo vergüenzas ajenas. No puedo evitarlo. El
domingo, al ver la concurrencia vi el sonrojo de los asistentes que no
tenían donde meter la cabeza para ocultar la tristeza.
No tengo datos fiables y quizá le fallaron los autobuses. Puede ser
culpa de los organizadores que prometieron llevar gente para llenar tres
estadios olímpicos y ni para una cancha de tenis hubo presencia.
Quiero buscar la causa de tal fracaso. Amarante no es amigo de hacer el ridículo.
Confieso que estoy apenado con Amarante Baret. No fui al mitin por la
creencia de no poder entrar porque el lugar estaría atestado.
Normalmente este tipo de gente tienen la nómina pública al servicio de
sus intereses. El pretendido aspirante presidencial fue ministro de
Educación, pero ya esos empleados están alineados con el actual
incumbente que es admirador de la Gatita de María Ramos.
El follón puede ser una experiencia. Amarante en vez lucir molleros
se le vio alfeñique. Para fantasear puede publicar notas de prensa que
el papel aguanta todo.
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