Al doctor Roberto Rosario Márquez se le ubicaba en el litoral danilista y
era miembro del Comité Central del PLD cuando, producto de un acuerdo
del liderazgo político del momento, llegó a la Junta Central Electoral
igual que otros miembros sugeridos por las organizaciones participantes.
Si no a un reparto, se aspiraba a un equilibrio en el órgano de
elecciones. Y en verdad, no es ni debe verse como pecaminoso que un
miembro de un partido político vaya a una función importante de
arbitraje en el Estado, si lo fundamental es que la persona sea seria,
responsable, que no confunda los roles.
Pese a ejemplos penosos y
lamentables de otros tiempos, creemos que tanto el muy serio César
Estrella Sahdalá, que una vez fuera candidato; como Eddy Olivares,
llevado por el PRD y ahora el vocero del expresidente Mejía, y el propio
Rosario, del PLD, se supieron manejar en la equidistancia y cumplieron
con las funciones institucionales encomendadas. Liberados de las mismas
-y restituidos sus derechos como ciudadanos normales- Rosario, que
esperó dos años y a que le auditaran su gestión de diez en la JCE, y
Olivares, que esperó menos, han vuelto al redil político-partidario.
Insisto en creer que eso no es malo, porque ellos hicieron su trabajo,
tomaron su receso y guardaron las formas. Libre de ataduras -y quizá
todavía con el dolorcito de que amigos influyentes lo dejaran solo, en
ocasión de cargar pesado con el tema migratorio y como respuesta le
quitaran la visa americana- Roberto se activa y sale a la calle al medio
con respecto al 2020. De entrada, considera inconveniente y
perturbadora al ordenamiento institucional una nueva modificación
constitucional (¿) que permita la reelección presidencial, y luego
organiza un encuentro para anunciar el apoyo formal al doctor Leonel
Fernández como candidato por el PLD en las próximas elecciones. Ese
respaldo temprano al titular del PLD, a quien Rosario define que
“representa un cambio con continuidad”, es importante porque marca una
pauta a lo interno y envía una señal hacia lo externo. Que se sepa,
sería el primero de otros apoyos en camino en favor de las aspiraciones
de Fernández. Nota: viene al caso, el apoyo ofrecido en el 12 a Danilo
por los “habilidosos” miembros de la OTAN del PLD, para ayudar a definir
entonces la candidatura interna y el destino de ellos.
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