Así como Leonel Fernández tiene un equipo que
recoge firmas de apoyo, Luis Abinader se lanza a buscar un millón y
medio de adeptos para el PRM y también copiará el estilo del líder del
PLD de “escuchar a la gente” en visita a las comunidades.
En esas diligencias Leonel lleva ventaja porque el 2 de diciembre presentará en Santiago el millón y medio de personas que respaldan su candidatura presidencial, pero nunca es tarde para copiar lo bueno.
El pueblo dice que no importa que unos vayan delante si los de atrás corren bien.
Estas gestiones del PRM son atinadas para mantener el colectivo como reunión de simpatizantes de Abinader o Hipólito Mejía. Ese partido es en realidad una plataforma de campaña que carece de organismos provinciales que lo identifiquen. Hoy en día nadie sabe cuáles son los colores del partido y los elementos iconográficos visuales y sonoros que lo identifican.
La prueba más ostensible de ese desamparo fue la reciente reunión de afiliados. Confeccionaron unas elecciones internas y hubo que dar por buena y válida una ripiosa suma con maquillaje de efectos especiales para salir airosos. Ese encuentro fue para entregar las cuotas de poder del PRM entre Mejía y Abinader.
En virtud de acuerdos de aposento Hipólito colocó a su hija Carolina en la secretaria general, soslayando a sus aliados, y Abinader llevó a la Presidencia a Ignacio Paliza, el rutilante senador puertoplateño.
Esa chapuza organizativa dejó sus heridas internas, pero no hay nada que el tiempo no cure. Los afectados siguen en el PRM y eso habla de una posible cicatrización o armonización, porque más puede el interés que el amor a las normas.
Abinader es de los aspirantes presidenciales con mayor aceptación según las encuestas de opinión y su equipo es el de mayor importancia dentro del PRM. En las pasadas elecciones ganó la nominación presidencial a Mejía y todo luce que repetirá.
También influye que Mejía es un político con poca pólvora que parece inadvertir que la guagua lo dejó o saca provecho de estar en el candelero.
Se sabe de sus estrechos vínculos con el presidente Danilo Medina encarnados en la firma de acciones políticas M&M.
Hay que resaltar que Abinader es de los aspirantes con mayores posibilidades y conserva el velo del misterio.
Aún no ha sido Presidente de la República.
Los autógrafos populares son la moda política.
Por Alfredo Freites ;-
En esas diligencias Leonel lleva ventaja porque el 2 de diciembre presentará en Santiago el millón y medio de personas que respaldan su candidatura presidencial, pero nunca es tarde para copiar lo bueno.
El pueblo dice que no importa que unos vayan delante si los de atrás corren bien.
Estas gestiones del PRM son atinadas para mantener el colectivo como reunión de simpatizantes de Abinader o Hipólito Mejía. Ese partido es en realidad una plataforma de campaña que carece de organismos provinciales que lo identifiquen. Hoy en día nadie sabe cuáles son los colores del partido y los elementos iconográficos visuales y sonoros que lo identifican.
La prueba más ostensible de ese desamparo fue la reciente reunión de afiliados. Confeccionaron unas elecciones internas y hubo que dar por buena y válida una ripiosa suma con maquillaje de efectos especiales para salir airosos. Ese encuentro fue para entregar las cuotas de poder del PRM entre Mejía y Abinader.
En virtud de acuerdos de aposento Hipólito colocó a su hija Carolina en la secretaria general, soslayando a sus aliados, y Abinader llevó a la Presidencia a Ignacio Paliza, el rutilante senador puertoplateño.
Esa chapuza organizativa dejó sus heridas internas, pero no hay nada que el tiempo no cure. Los afectados siguen en el PRM y eso habla de una posible cicatrización o armonización, porque más puede el interés que el amor a las normas.
Abinader es de los aspirantes presidenciales con mayor aceptación según las encuestas de opinión y su equipo es el de mayor importancia dentro del PRM. En las pasadas elecciones ganó la nominación presidencial a Mejía y todo luce que repetirá.
También influye que Mejía es un político con poca pólvora que parece inadvertir que la guagua lo dejó o saca provecho de estar en el candelero.
Se sabe de sus estrechos vínculos con el presidente Danilo Medina encarnados en la firma de acciones políticas M&M.
Hay que resaltar que Abinader es de los aspirantes con mayores posibilidades y conserva el velo del misterio.
Aún no ha sido Presidente de la República.
Los autógrafos populares son la moda política.
Por Alfredo Freites ;-
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