Aportará pruebas,,,,
La tesis de Raful es que Abbes fue protegido por los servicios
secretos de los Estados Unidos y, en especial, por la Agencia Central de
Inteligencia (CIA), con cuyas instituciones pasó a trabajar como
informante.
Historiadores como Juan Daniel Balcácer dicen que se trata de una
tesis, pero que el hecho real es que Abbes murió en Haití, tras ser
secuestrado, junto a su familia, por orden del dictador de ese país,
Francois Duvalier. Euclides Gutiérrez ha adelantado que se referirá al
tema cuando Raful complete su versión.
Otra versión contraria está contenida en el libro de Orlando Inoa,
quien recientemente publicó una obra que recoge las memorias de Abbes, y
donde también sostiene que murió en Haití.
El mismo Raful publicó, en su columna en este diario, el 05 de mayo del 2009, que a Johnny Abbes “lo mataron por deslenguado”.
En ese entonces, planteó que era falsa la tesis de que Johnny Abbes
García fuera víctima de la purga de militares haitianos ordenada por el
dictador Duvalier, al descubrirse una trama golpista dirigida por el
esposo de su hija, el coronel Max Dominique.
Según planteó, Abbes García fue asesinado por mandato dominicano, no
haitiano, ya que desde el vecino país estaba amenazando con asesinar al
entonces presidente Joaquín Balaguer, a quien acusaba de traicionar a su
jefe, Trujillo.
A Abbes lo asesinaron los temibles “Ton Ton Macoutes”, por órdenes
del coronel Jean Tassy, quien pidió 70,000 dólares para hacer esa
operación. Ese dinero le fue entregado parcialmente por un
intermediario, un diputado haitiano muy amigo del presidente Balaguer,
quien sirvió como enlace para el primer acuerdo o contrato de braceros
haitianos con el Gobierno dominicano, en 1966.
Ese diputado haitiano recibió el dinero de dos altos oficiales de las
Fuerzas Armadas, muy cercanos a Balaguer, sin el consentimiento del
mandatario. El coronel Jean Tassy reclamó al diputado André Simó la
entrega del dinero restante después de la muerte de Abbes, pero el
diputado le comunicó a Duvalier lo que había pasado y Duvalier,
indignado porque no se le informó lo ocurrido, mandó a buscar al coronel
Tassy quien, cuando se enteró de que el diputado estaba en el despacho
de Duvalier, se asiló en la embajada de Brasil, obteniendo protección
diplomática, escribió el historiador y político.
La única vez que Duvalier se refirió a Abbes García fue en una rueda
de prensa, a propósito de una pregunta de un periodista norteamericano, y
dijo: “Hay que preguntarle a sus amigos militares dominicanos que deben
tener mejores informaciones que yo”, cerrando el capítulo de Johnny
Abbes García, asesinado “por indiscreto y bocón”, concluyó.
Un nuevo capítulo
Sin embargo, la novela sobre la supuesta muerte del sicario tiene un
nuevo capítulo, que Raful anuncia revelará en su próxima entrega.
Tal vez ese nuevo episodio tiene su origen en la investigación de
Raful para escribir su último libro, “Rapsodia del crimen”, donde
destaca la participación del dictador Rafael Trujillo Molina en el
asesinato del presidente de Guatemala, Carlos Castillo Armas, la noche
del 26 de julio de 1957.
De acuerdo con la investigación de Raful, el encargado dominicano de
participar en la trama contra Castillo Armas fue Johnny Abbes, quien
hasta ese entonces se desempeñaba como agregado militar de la embajada
de la República Dominicana en México.
Ya en Guatemala, Abbes García establece contacto con sectores
militares descontentos con Castillo Armas y con miembros de su círculo
íntimo, entre quienes figura su amante Gloria Bolaños, trasladada luego
del magnicidio a Ciudad Trujillo -Santo Domingo- y posteriormente a
Miami, donde aún vive.
Raful relató, además, que mantiene contacto con Gloria Bolaños, quien
lo ayudó con muchos datos que figuran en el libro y que ésta le aseguró
entonces que Johnny Abbes aún estaba vivo.
“Hay todo un misterio alrededor de su figura. Mucha gente se ha
acercado al libro más por Johnny Abbes que por Castillo Armas y Gloria
Bolaños”, confesó el autor.
Documentación fidedigna
“Desde hace mucho tiempo he escuchado esa versión que no descansa en una
documentación fidedigna en cuanto a que el señor Johnny Abbes pudiese
estar vivo”, dijo el historiador Balcácer.
“En mi opinión, hasta prueba en contrario, Abbes García fue asesinado
en Haití, como se ha sostenido hasta el presente”, agregó el director
de la Comisión de Efemérides Patrias y también columnista de este
diario.
“Ahora bien -agregó-, el licenciado Raful, que ha hecho una
investigación en el extranjero y que publicó recientemente un libro
sobre el asesinato del presidente Castillo Armas, en Guatemala, ha
recogido una versión de una persona que estuvo relacionada con Johnny
Abbes y sostiene que él aun vive”, apuntó.
Consideró que se debe demostrar que está vivo, porque hasta ahora “todo es conjetural”.
LAS MEMORIAS ESCRITAS POR BALAGUER
En las memorias de quien Balaguer (coincidencialmente en Memorias de un
Cortesano en la Era de Trujillo) definió como el resumen del grado de
maldad y terror del último tramo de la Era hay una introducción hecha
por Orlando Inoa, quien la compiló y la editó casi 50 años después de su
escritura, donde se trata de explicar los tiempos de la vida de Abbes
en Haití.
Abbes García llegó a Haití el 4 de mayo de 1966, con documentación
ilegal, según explica el historiador Inoa, en su introducción a la
publicación de las memorias de Abbes, y citando documentos consignados
en una investigación histórica sobre la política exterior dominicana,
Johnde la historiadora Mu Kien Adriana Sang.
Dice que muchos dominicanos que visitaron Puerto Príncipe, entre mayo
de 1966 y mayo de 1967, fueron abordados por Abbes, quien habló
“pestes” de Balaguer y mencionó sus “memorias” como una denuncia de las
atrocidades de Balaguer, memorias que habían sido concluidas en 1963.
En sus memorias, el protagonista John William Abbes García (su
verdadero nombre), nació en la ciudad de Santo Domingo, entonces Ciudad
Trujillo, el 27 de marzo de 1924, en la calle que hoy se llama 19 de
Marzo, Ciudad Colonial.
Su padre Georges Abbes era de origen estadounidense y su madre,
Altagracia García Arlardo, matrimonio que tuvo cuatro hijos, dos hombres
y dos mujeres, y él era el mayor.
Por Ramón Pérez Reyes ;-
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